El encuentro [Primera parte]
La brisa soplaba fríamente.
Io fue la primera en divisar la cabaña de la laguna oculta, miró a sus compañeros y bajó del caballo.
Era de madrugada, iba a amanecer muy pronto.
-Aquí es - dijo Io.
-¿Sabrán que estamos aquí? - preguntó Shen susurrando.
Io miró el horizonte y sonrió para sí misma.
-No hay necesidad de que se oculten - dijo Io con una sonrisa en los labios.
Sus compañeros la miraron sorprendidos.
A lo lejos una silueta apareción, estaba escondida detrás de la cabaña.
Tenía el cabello larguísimo y grisáceo, su blancura era sobresaliente en el ambiente oscuro y a lo lejos, lo que más se notaba, un resplandor amarillo de su ojo derecho.
La chica extendió sus brazos y de inmediato aparecieron siete espectros al lado de la chica, todas caminando lentamente hacia los guerreros.
Lorak miró con desdén a la chica del ojo dorado.
-¿Puedo atacar ya, líder? - preguntó Lorak desenvainando su espada.
-Espera - dijo Io - atrás suyo, Shen y Menfis - dijo sin voltear a ver a sus espaldas.
Shen y Menfis miraron hacia atrás. Blake estaba allí apuntándolos con su sable.
-Falta uno - dijo Io sonriendo un poco. Sacó su espada de la vaina y lo apuntó hacia su lado derecho, donde precisamente estaba aproximándose Arsen - Luna llena.
Arsen tenía su espada en la mano listo para atacar.
-Ya, Lorak - dijo Io en un tono suave de voz.
Esa era la señal para que Lorak empezara a atacar a la chica de los siete espectros. Shen y Menfis empezaron a intercambiar ataques con Blake.
Io agitó su espada con destreza y empezó a caminar lentamente hacia Arsen.
Arsen la miró escandalizado. Ella a diferencia de él, parecía tan calmada. Y también pudo confirmar que, a simple vista, no parecía un ser del Ojo Dorado.
-Aquel digno de hacer el rayo de Zeus - dijo con voz ronca - terminará con el filo de mi espada en su corazón. Tú y yo tenemos cuentas pendientes.
El ojo derecho de Io dejó de ser negro para tornarse dorado.
Arsen abrió los ojos, como dos platos de sopa.
Recordaba haberla visto, en el filo de una espada.
-Eres la niña del jinete - dijo Arsen sin bajar la guardia - la silueta reflejada en la hoja de la espada.
Io alzó su espada en dirección a Arsen y sonrió.
-Tu ironía me resulta graciosa - dijo Io- expresarte así de aquella situación tan triste con semejante libertinaje. No eres nada para hablar así del maestro Danzel.
Arsen la miró a los ojos, sintió perderse en el leve resplandor dorado del ojo derecho de Io.
Observó lo ocurrido esa noche, sintió dolor aunque Io no lo hubiera tocado.
-Siente ese sable atravesar tu abdomen - dijo Io entrecerrando los ojos.
Arsen hizo una mueca de dolor y cayó al suelo.
-¡Arsen! - gritó Jessie desviando la mirada y desconcentrando su espada de rayo.
-¡Hey! - dijo Lorak atacando. Jessie se defendió y haciendo rechinar la hoja de su espada deteniendo lo que pudo ser un ataque inesperado.
-¡Activa tu poder! - exclamó Jessie - está indagando en tus recuerdos. Te causa dolor.
-¿Qué? - dijo Arsen casi mudo por el agonizante dolor en su torso.
-Ella controla tu energía - dijo Jessie sin dejar de mirar su espada - revierte tu poder en tu contra. ¡Ese es su poder! Sabe lo que harás. Utiliza el instinto propio de la energía y la domina.
-Impresionante - dijo Io - aunque innecesario. Siente el dolor de ver la sangre correr de un ser amado frente a tus ojos. Experiméntalo.
-¡Hermano! - exclamó por fin Arsen.
-¿Hermano? - dijo Io sonriendo abiertamente. Había encontrado la debilidad de su oponente sin esforzarse mucho -Doloroso ver como tu hermano menor es acuchillado por unos mercenarios, vulgares ladrones. Siente su dolor, siente esa punzada en el estómago, clavado con fuerza, siente esa sangre correr.
Arsen gritó de pánico y dolor.
-¡Para! - gritó agarrando su cabeza tratando de alejar esa escena, su estómago empezó a doler; un dolor idescriptible.
-¡Arsen, controla tu propio cuerpo! - gritó Blake - estás dejando que ella gobierne tu organismo.
-Tonto - rió levemente Io - pensé que iba a tener un poco más de diversión tratándose de luna llena, pero me equivoqué. Eres fácil de matar.
Arsen no quizo darse por vencido sin siquiera haber luchado.
Arsen cerró los ojos, sintió como Io manipulaba a su antojo su interior. Al abrirlos su transformación se completó.
Se levantó con dificultad, pero sostuvo la posción de batalla.
Io lo miró y sonrió. Ella agitó el sable y apuntó hacia Arsen.
Arsen sintió que ella se alejaba de su organismo y se concentraba en otra cosa. No sabía que era y tampoco que estaría tramando.
Io corrió hacia él atacándolo con su espada. Arsen se defendió.
Sus espadas rechinaron al hacer contacto.
En esa batalla estaría en juego el nombre de sus antepasados: Mamá, papá, maestro.
Arsen no olvidó el rostro de aquel niño pelinegro. La familia campestre que lo había adoptado hace más de sesenta años tenía un hijo llamado Arthur, el unigénito. Hermano.
Io aumentó su poder.
Comenzaron a hacer los movimientos de la espada de rayo, cada uno dispuesto a ganar la batalla, aunque eso les costara la vida.
Sus ojos se tiñeron, de forma metafórica, de rojo sangre. La ira de ambos era algo que no se podía explicar. Deseaban matarse, ver la sangre que pagaba por las vidas que les fueron arrebatadas.
Io logró hacerle un razguño en el brazo derecho a Arsen.
Él miró la herida y luego continuó la batalla.
Jessie estaba tratando de que su energía no sobrepasara el límite. Aquella tal Lorak estaba atacando con mucha más fuerza y determinación que la última vez que se habían visto.
Lorak había identificado los siete espectros y dedujo, acertadamente, el octavo y real.
El filo de la espada de Lorak rozó sobre el abdomen de Jessie manchando con sangre el vestido blanco que llevaba.
Sin embargo, Jessie omitió el dolor de la cortada y siguió peleando.
Así mismo estaba Blake, acorralado, con dos Ghost Killers atacándolo en diversas direcciones.
Querima estaba oculta en unos arbustos con sus dos compañeros viendo la contienda. Por ahora no había razón para intervenir, cada pelea estaba muy bien sobrellevada por los dos equipos, es decir, que aquella guerra pintaba ser agotadora y larga.
-Quedaos quietos - ordenó Querima viendo a Io pelear contra Arsen. Ambos estaban cortados en algunas partes y luchaban con vigor y maestría.
Sin duda, aquel llamado Luna llena era realmente sorprendente; tanto así que Io ya no ocultaba su ojo dorado, es más, estaba empezando a irradiar una luz anaranjada de su cuerpo.
-Luna llena, Luna nueva - dijo Querima sin quitarle la vista de encima a los dos seres del ojo dorado batallar entre ellos.
El ojo derecho, el único visible, de Querima tenía un resplandor azulado.
Tarde o temprano ella tendría que intervenir.
"Luna llena o Luna nueva" pensó Querima "¿Quién será el primero en caer?".
Descripción
Muchas historias acerca una especie extinta de seres
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".
jueves, 2 de febrero de 2012
miércoles, 1 de febrero de 2012
Capitulo 7
Arsen había perfeccionado su técnica "El rayo de Zeus" y había aprendido a sobrellevar su poder y controlarlo para que no pasara del límite.
Habían pasado dos días desde que Jessie y Arsen habían visitado la aldea de Gof y se habían enterado de la venida de los Ghost Killers.
Jessie también estaba prácticando la espada de rayo y Blake combatía contra ella.
-Más rápido - exigió Jessie moviendo la espada con destreza.
Blake atacó con mayor fuerza haciendo que Jessie retrocediera el paso. Su ojo dorado estaba casi poniéndose naranja, se multiplicó haciendo que Blake quedara completamente confundido.
Por instinto, Blake atacó a la más cercana, pero su golpe atravesó la ilusión haciendo que esa se desvaneciera, como humo.
-Demonios - maldijo Blake. Acomodó su sable y corrió rápidamente clavando el filo en el torso de la ilusiones haciéndolas desaparecer.
La última, que era Jessie, defendió con un movimiento rápido.
-Astuta - dijo Blake - pero debes esforzarte más.
Jessie atacó con toda la fuerza posible. Las espada rechinaron entre ellas por el impacto del acero de ambas.
Ambos quitaron sus espadas y tomaron aliento.
Jessie giró la cabeza hacia Arsen, quien los observaba asombrado.
-Inténtalo - dijo Jessie alejándose de Blake y poniendose frente a Arsen.
Arsen inicó el primer ataque.
Jessie fue severa esta vez, actuó con mayor fuerza y rápidez que en prácticas pasadas. Su ojo estba en un anaranjado rojizo.
-No apartes la vista de tu espada - dijo Jessie sin dejar de atacarlo - estás perdiendo la concentración.
Arsen siguió las indicaciones e intento aumentar su energía.
Ambos estaban gastando un nivel alto de poder en la batalla, tanto que sus cuerpos emanaban un resplandor anaranjado, que indicaba que casi sobrepasaban el límite.
Arsen decidió darle fin a esa pelea, cencentro su energía y soltó el rayo de Zeus. Jessie se alejó rápido de allí antes de que el rayo impactara contra su cuerpo.
-Estás listo - dijo Blak. Jessie repiró profundamente para recuperar su normalidad.
-Bien hecho - dijo Jessie - casi sobrepasas el límte. Actuaste bien.
-Es posible que nos quieran atacarte debes estar pendiete de cualquier ataque inesperado - dijo Blake.
Arsen asintió.
Casi anochecía.
-Mejor entremos a la casa - dijo Jessie - la comida está lista.
Ambos chicos asintieron y entraron a la cabaña después de Jessie.
Una fría ventizca sopló en la aldea de Gof. Los pueblerinos se ocultaban en sus casas, temiendo a los recién llegados.
Cuatro personas vestidas con el uniforme de "Zonic", que representaban a los "Ghost Killers" pasaban en el sendero principal.
Las luces empezaron a apagarse, una por una, y los leves murmullos se oían con la brisa fría.
Io y los demás se adentraron al hotel más cercano y se acercaron a la persona encargada. Un viejo de no más de sesenta años.
El señor sentía que su cuerpo temblaba de la cabeza a los pies.
-Buenas noches - salusó Io mirandolo fríamente. A Carl, el dueño del hotel, le atemorizó aquella mirada severa y frívola de su emisora. Transmitía pánico - Usted debe saber por qué nos encontramos aquí.
El señor asintió una vez, lentamente.
-Dígame calamadamente, ¿dónde están los del Ojo Dorado? - preguntó Io.
-En la laguna oculta en el sendero de crisol - confesó Carl.
-Bien - dijo Io - claramente hay una leve presencia de un ser del Ojo Dorado, puedo sentirlo. ¿Estuvo aquí?
-Hace varias noches... un visitante del Ojo Doraado... Dorado - Tartamudeó Carl sintiéndo la mirada asesina de Io - se hospedó aquí, solo por una noche.
Io desvió la mirada hacia la señora y la joven aterradas mirando desde la puerta trasera de la recepción.
-Ustedes - señaló Io - salgan.
La señora y la joven salieron a paso lento de la habitación para internarse en la recepción.
-Lo veo - dijo Io - tú, chiquilla, acércate.
Mirta tembló por completo, pero se acercó.
Io tomó su rostro entre sus manos y enfocó sus ojos en los de Mirta.
"-La cena - dijo ella sin quitar sus ojos verdes del muchacho.
-Gracias - dijo Arsen levantándose del asiento y cogiendo la bandeja.
La chica volteó para irrse, pero se detuvo frente al umbral de la puerta.
-¿Por qué has venido? - pregunto Mirta - Nuestra aldea ya no necesita más de la presencia de los de tu especie. - Seguido de eso cerró la puerta."
Io apartó la vista de la muchacha y la soltó.
-No está lejos - dijo Io. Sus compañeros la miraron con rareza, pero no dijeron nada - Es hacia el sur.
Io miró a la familia que los miraban con ojos atemorizados.
-Gracias por su coolaboración - dijo Io saliendo del hotel.
Los demás la siguieron.
-¿Qué hiciste? - preguntó Shen.
Io no dijo nada y siguió caminando en completo silencio.
Todos supieron que no debían hablar de eso, ya que no obtendrían respuestas. No por parte de Io.
-Dos millas aproximadamente - dijo Io - tomen unos caballos. Los pedieremos prestado.
El gruó se agilizó y tomaron cuatro caballos que estaban amarrados en una cerca en la entrada de la villa.
Io se subió al alto caballo y trató de domarlo para seguir la travesía.
"Pronto estaremos cara a cara, luna llena" pensó Io mientras observaba el sendero cubierto de árboles y otras plantas "Pronto tomaremos cuentas pendientes"
-¡Jah! - exclamó Io agitando el correa del bosal. El caballo empezó a correr en dirección al sendero del crisol.
Los demás la siguieron.
Querima estaba a punto de llegar a la aldea de Gof, estuvo en la entrada. Se dio cuenta de las hueyas de caballo que se dirigían al lado contrario de la villa.
Querima miró hacia el sendero del árbol del crisol.
-Caballeros - dijo Querima dirigiéndose a sus dos acompañantes - seguiremos por el sendero del crisol hacia el sur.
-Pero - dijo uno mirando la villa.
-He dicho hacia el sur - repitió Querima con autoridad.
-Sí - repondió el otro custodio.
El caballo de Querima dio un leve salto ella lo hizo voltear en dirección contraria y agitó la correa para que el caballo empezara a correr.
Sus acomañantes la siguieron.
-¡Estén atentos! - exclamó Querima - esta zona es una mina de Dianos.
"Espero que Io no se salga con la suya y asesine al número cuatro" pensó Querima.
Habían pasado dos días desde que Jessie y Arsen habían visitado la aldea de Gof y se habían enterado de la venida de los Ghost Killers.
Jessie también estaba prácticando la espada de rayo y Blake combatía contra ella.
-Más rápido - exigió Jessie moviendo la espada con destreza.
Blake atacó con mayor fuerza haciendo que Jessie retrocediera el paso. Su ojo dorado estaba casi poniéndose naranja, se multiplicó haciendo que Blake quedara completamente confundido.
Por instinto, Blake atacó a la más cercana, pero su golpe atravesó la ilusión haciendo que esa se desvaneciera, como humo.
-Demonios - maldijo Blake. Acomodó su sable y corrió rápidamente clavando el filo en el torso de la ilusiones haciéndolas desaparecer.
La última, que era Jessie, defendió con un movimiento rápido.
-Astuta - dijo Blake - pero debes esforzarte más.
Jessie atacó con toda la fuerza posible. Las espada rechinaron entre ellas por el impacto del acero de ambas.
Ambos quitaron sus espadas y tomaron aliento.
Jessie giró la cabeza hacia Arsen, quien los observaba asombrado.
-Inténtalo - dijo Jessie alejándose de Blake y poniendose frente a Arsen.
Arsen inicó el primer ataque.
Jessie fue severa esta vez, actuó con mayor fuerza y rápidez que en prácticas pasadas. Su ojo estba en un anaranjado rojizo.
-No apartes la vista de tu espada - dijo Jessie sin dejar de atacarlo - estás perdiendo la concentración.
Arsen siguió las indicaciones e intento aumentar su energía.
Ambos estaban gastando un nivel alto de poder en la batalla, tanto que sus cuerpos emanaban un resplandor anaranjado, que indicaba que casi sobrepasaban el límite.
Arsen decidió darle fin a esa pelea, cencentro su energía y soltó el rayo de Zeus. Jessie se alejó rápido de allí antes de que el rayo impactara contra su cuerpo.
-Estás listo - dijo Blak. Jessie repiró profundamente para recuperar su normalidad.
-Bien hecho - dijo Jessie - casi sobrepasas el límte. Actuaste bien.
-Es posible que nos quieran atacarte debes estar pendiete de cualquier ataque inesperado - dijo Blake.
Arsen asintió.
Casi anochecía.
-Mejor entremos a la casa - dijo Jessie - la comida está lista.
Ambos chicos asintieron y entraron a la cabaña después de Jessie.
Una fría ventizca sopló en la aldea de Gof. Los pueblerinos se ocultaban en sus casas, temiendo a los recién llegados.
Cuatro personas vestidas con el uniforme de "Zonic", que representaban a los "Ghost Killers" pasaban en el sendero principal.
Las luces empezaron a apagarse, una por una, y los leves murmullos se oían con la brisa fría.
Io y los demás se adentraron al hotel más cercano y se acercaron a la persona encargada. Un viejo de no más de sesenta años.
El señor sentía que su cuerpo temblaba de la cabeza a los pies.
-Buenas noches - salusó Io mirandolo fríamente. A Carl, el dueño del hotel, le atemorizó aquella mirada severa y frívola de su emisora. Transmitía pánico - Usted debe saber por qué nos encontramos aquí.
El señor asintió una vez, lentamente.
-Dígame calamadamente, ¿dónde están los del Ojo Dorado? - preguntó Io.
-En la laguna oculta en el sendero de crisol - confesó Carl.
-Bien - dijo Io - claramente hay una leve presencia de un ser del Ojo Dorado, puedo sentirlo. ¿Estuvo aquí?
-Hace varias noches... un visitante del Ojo Doraado... Dorado - Tartamudeó Carl sintiéndo la mirada asesina de Io - se hospedó aquí, solo por una noche.
Io desvió la mirada hacia la señora y la joven aterradas mirando desde la puerta trasera de la recepción.
-Ustedes - señaló Io - salgan.
La señora y la joven salieron a paso lento de la habitación para internarse en la recepción.
-Lo veo - dijo Io - tú, chiquilla, acércate.
Mirta tembló por completo, pero se acercó.
Io tomó su rostro entre sus manos y enfocó sus ojos en los de Mirta.
"-La cena - dijo ella sin quitar sus ojos verdes del muchacho.
-Gracias - dijo Arsen levantándose del asiento y cogiendo la bandeja.
La chica volteó para irrse, pero se detuvo frente al umbral de la puerta.
-¿Por qué has venido? - pregunto Mirta - Nuestra aldea ya no necesita más de la presencia de los de tu especie. - Seguido de eso cerró la puerta."
Io apartó la vista de la muchacha y la soltó.
-No está lejos - dijo Io. Sus compañeros la miraron con rareza, pero no dijeron nada - Es hacia el sur.
Io miró a la familia que los miraban con ojos atemorizados.
-Gracias por su coolaboración - dijo Io saliendo del hotel.
Los demás la siguieron.
-¿Qué hiciste? - preguntó Shen.
Io no dijo nada y siguió caminando en completo silencio.
Todos supieron que no debían hablar de eso, ya que no obtendrían respuestas. No por parte de Io.
-Dos millas aproximadamente - dijo Io - tomen unos caballos. Los pedieremos prestado.
El gruó se agilizó y tomaron cuatro caballos que estaban amarrados en una cerca en la entrada de la villa.
Io se subió al alto caballo y trató de domarlo para seguir la travesía.
"Pronto estaremos cara a cara, luna llena" pensó Io mientras observaba el sendero cubierto de árboles y otras plantas "Pronto tomaremos cuentas pendientes"
-¡Jah! - exclamó Io agitando el correa del bosal. El caballo empezó a correr en dirección al sendero del crisol.
Los demás la siguieron.
Querima estaba a punto de llegar a la aldea de Gof, estuvo en la entrada. Se dio cuenta de las hueyas de caballo que se dirigían al lado contrario de la villa.
Querima miró hacia el sendero del árbol del crisol.
-Caballeros - dijo Querima dirigiéndose a sus dos acompañantes - seguiremos por el sendero del crisol hacia el sur.
-Pero - dijo uno mirando la villa.
-He dicho hacia el sur - repitió Querima con autoridad.
-Sí - repondió el otro custodio.
El caballo de Querima dio un leve salto ella lo hizo voltear en dirección contraria y agitó la correa para que el caballo empezara a correr.
Sus acomañantes la siguieron.
-¡Estén atentos! - exclamó Querima - esta zona es una mina de Dianos.
"Espero que Io no se salga con la suya y asesine al número cuatro" pensó Querima.
Capitulo 6
Doble intensión.
Jessie estaba con una canasta en sus delicados brazos. Arsen y ella tenían una capa que los cubría de la cabeza a los pies, en especial la cara; no querían formar revueltas a esas horas del día. Además, solo iban a comprar comida.
-Joyas, joyas, querida princesa - dijo hombre enseñando su mercancía - este collar de rubíes quedaría perfectamente en su cuello.
-No gracias - dijo Arsen.
El vendedor lo miró de reojo y se alejó.
-Mantente calmado, Arsen - dijo Jessie - son solo pueblerinos.
Arsen meneó la cabeza. Podría ser solo un vendedor, pero su mala educación ante una dama era pésima.
-Dime Arsen - dijo Jessie - ¿Por qué no recuerdas nada de tu infancia?
-Poco me acuerdo - dijo Arsen observando a una señora modelar un vestido - no creo que haya vivido algo importante.
-Todos los hijos de Selene han vivido, o están viviendo, o están destinados a vivir algo extraodinario - dijo Jessie - o trágico.
Arsen se encogió los hombros.
-Lo poco que recuerdo es una luz centellante y el filo de una una espada con la silueta de una chica reflejada en su hola de acero. Unos caballos, ruidos... Luego la caida de un jinete negro - dijo Arsen - es una pesadilla, sin sentido alguno.
Jessie lo miró extrañada.
-¿Una espada, una chica y un jinete derrotado? - cuestionó Jessie - suena muy raro...
Arsen miró una tienda de frutas´que se encontraba más adelante.
-¿Qué te parece aquella tienda? - dijo Arsen cambiando drásticamente de tema.
-Falta ver si las legumbres están frescas - dijo Jessie - veamos.
Ambos se adentraron en la tienda y Jessie se encargó de ver las verduras mientras que Arsen observaba la aldea desde la puerta de la tienda.
-¿A cuánto tienen a esos tomates? - preguntó Jessie.
De repetente todas las personas empzaron a reunirse en la plaza, las tiendas estaban vaciándose.
-¿Qué está ocurriendo? - preguntó Arsen al vendedor.
-No lo sé, tal vez alguien que tenga noticias. En los últimos días han ocurrido cosas extrañas. Nas poblaciones sedentaras ahora se están volviendo nómadas - dijo el vendedor - si quieren saber, será mejor que vayan a averiguar.
Jessie y Arsen corrieron hacia donde la muchedumbre estaba reunida. Se abrieron paso entre la gente hasta quedar al frente.
Un señor, casi moribundo, estaba tirado en el suelo gritando de dolor y pánico.
-¡Los Ghost Killers se aproximan haci aquí! - dijo el sñor retorciéndose de dolor en el suelo - Viajan rápidamente... Deben... huir.
-¿Los Ghost Killers? - dijo una señora alarmada - ¿Qué a hecho nuestra tribu?
-Deben huir - repitió el moribundo arrastrando las palabras - ojo... dorado.
Los murmullos empezaron a fluir en el aire. Los Ghost Killers en la aldea de Gof. Jamás se había dado una situación que tuvieran que intervenir la organización.
-¿A dónde iremos? - preguntó una mujer en alto - nuestra vida y nuetsra familia siempre ha permanecido aquí desde la tercera guerra mundial y luego del ataque nuclear.
-A lo alto de las montañas - sugirió un hombre - allí no se atreverán a acercase.
-El recorrido es extenso, nos matarían los animales - gritó un muchacho.
Jessie y Arsen se miraron entre ellos.
-¡Dónde lo ha visto? - preguntó un hombre - ¡Alguien es doctor!
Un anciano del fondo gritó.
-¡Yo soy doctor!
-Lo encontramos cerca de las llanuras de Contoy en la región Tuka - dijo uno de los extranjeros que lo habían traído a la aldea - Son cuatro y se acercan a esta aldea sin detenerse. Seguro que buscan a los del Ojo Dorado.
-Pues entreguémosle a esos fenómenos - dijo una señora a todo pulmón - ¡Qué los maten!
-Nuestra existencia ha sido invadida y aturdida desde que esos del ojo dorado llegaron - gritó otro hombre - ¡Qué los entreguen!
Jessie y Arsen se miraron aterrorizados, desidieron salir de allí lo más deprisa posible antes de que algo malo ocurriera.
-¡Blake! - exclamó Jessi corriendo sobre el pasto verde de la laguna.
El chico miró a la Jessie acercarse a él.
-¿Qué pasa? - preguntó Blake - ¿no que ibas de compras.
La cansta estaba vacía.
-Los han visto... A los Ghost Killers, vienen hacia aquí - dijo Jessie - saben nuestra ubicación. ¿Qué hacemos?
-Prepararnos para la batalla - dijo Blake mirando a Jessie - podemos vencerle.
-Tengo un mal presentimiento - dijo Jessie mirando al horizonte.
-¡Hey, Arsen! - llamó Blake - Desenvaina tu espada, debes practicar el rayo de Zeus.
Arsen asintió y empezó a practicar, controlando y energía y a la veces corriendo y esquivando ataques, como lo sería una batalla real.
Io iba caminando al frente de los demás.
-Io - dijo Shen mirando a su alrededor. Ya había anochecido y los animales nocturnos estaban cantando - No crees que deberiamos resguardarnos, hay muchos animales sueltos por las noches. En especial los Tinteos.
-Un lobo nocturno (el Tinteo) - dijo Io mirando a su alrededor - qué miedoso eres, Shen.
-Si acampamos toda la noche - dijo Lorak - no nos retrasará mucho para llegar a la aldea de Gof más de día y medio.
Io miró a su acompañante y luego miró la luna llena en todo su esplendor.
-Luna llena debe estar en su mejor momento, ya que su fase está puesta en los cielos - dijo Io - no quiero enfrentarme a un oponente débil.
-Pensé que yo me encargaría del novato - dijo Menfis.
-Cambié de parecer - dijo Io mirandolo fríamente.
-La luna llena tardará dos noches más, tiempo suficiente - dijo Lorak - hace frío y está oscuro. Además necesitas dormir. Tanto quieres enfrentarte a un poderoso contrincante, debes estar en lo máximo de tu poder.
Lorak tenía razón.
-Acamparemos aquí - dijo Io - Shen y Menfis busquen leña y formen una hoguera. Lorak, tú harás guardia hasta la media noche, luego le tocará a Menfis.
Todos asintieron y se pusieron en marcha.
Shen y Menfis fueron a buscar leña.
Lorak se sentó en una piedra e Io en una raíz de un árbol.
-Piensas matarlo - afirmó Lorak sin voltear a ver a Io.
Io por su parte permaneció serena ante tal comentario.
-Aun cuando las indicaciones fueron claras - continuó Lorak - traerlos con vida.
-Poco me importa ese informe - dijo Io- pueden hacer con mi vida lo que les plazca, pero no dejaré vivir al del ojo dorado, luna llena.
-¿Qué tiene este que no tenga los demás? - preguntó Lorak - hace unas horas tenías un plan formado, ahora ¿por qué lo quieres matar?
Io hizo silencio.
-Yo solo cobro la vida que me ha robado - dijo Io cerrando los ojos tratando de que su poder no se viera reflejado en su ojo comuflado.
Lorak emitió un suspiro.
-A todos nos han robado vidas - dijo Lorak sintiendo nostalgia - pero esas vidas nunca vuelven.
Io recordó aquella noche:¡Mamá!,¡Papá!... Tus padres están muertos.
-Espero que tengas suerte - dijo Lorak - no estoy a favor que vayas a hacer lo que se te de en gana, pero tampoco estoy en contra.
Io la miró extrañada.
-¡Leña! - exclamó Shen trayendo trosos de leña en sus hombros al igual que Menfis.
Hicieron una fogata.
Shen y Menfis trataron de dormir un poco mientras que Lorak vigilaba los alrededores.
Io, por su parte, desenvainó su espada con lentitud. Vio como la hoja del sable reflejaba su silueta.
En su mente se oyó un relinche de caballo y divisó un corcel blanco con fuertes patas y un jinete impresionante. El montador tenía en su cintura la misma vaina que estaba en sus manos.
Luego frente a sus ojos, un muchacho, no mayor de doce años con sable en la mano le cortó la mitad del cuerpo al jinete usando la técnica "el rayo de Zeus". El del ojo dorado, un ser identico a ella.
Io miró el sable puesto en sus manos.
Sintió ganas de llorar, pero se abstuvo de hacerlo.
-Por madre, por poadre, por maestro - dijo Io - me las pagarás luna llena. Juro que hasta no verte muerto no descansaré sin antes verte inerte ante mis pies.
-Los cuatro guerreros ya han partido a las montañas de Yunasán - dijo una mujer pelirroja, tenía un parche en el ojo izquierdo.
-Querima - dijo el joven sentando en el escritorio - pronto el mundo conocerá el poder de Zonic y se inclinará en una reverencia ante su poder.
-¿Esos fénomenos no serán difícil de capturar? - preguntó Querima - ¿especificaste que los querías vivos?
-Io no aguantará las ganas de asesinar al número cuatro - dijo levantándose de su asiento - quiero que vayas allí y te encargues de que eso no ocurra. Los necesito con vida.
Querima lo miró extrañada, pero asintió una sola vez como muestra de aceptación.
-¿A qué hora quieres que salga? - preguntó Querima.
-Lo más pronto posible - dijo - enviaré una escolta de soldados contigo.
-No es necesario, con dos soldados acompañándome nos las podremos arreglar - dijo Querima- entre menos personas es mejor, así podemos pasar desapercibidos. Es un viaje largo.
-Haz lo que quieras, pero tráeme a esos montruos con vida - dijo mirándola.
-En seguida, Ivan - Querima salió de la habitación.
La pelirroja tomó un sable en sus manos y lo desenvainó.
-¡Jah! - Qurima agitó la espada haciendo que esta emitiera una especie de replandor dorado en su hoja de acero.
Jessie estaba con una canasta en sus delicados brazos. Arsen y ella tenían una capa que los cubría de la cabeza a los pies, en especial la cara; no querían formar revueltas a esas horas del día. Además, solo iban a comprar comida.
-Joyas, joyas, querida princesa - dijo hombre enseñando su mercancía - este collar de rubíes quedaría perfectamente en su cuello.
-No gracias - dijo Arsen.
El vendedor lo miró de reojo y se alejó.
-Mantente calmado, Arsen - dijo Jessie - son solo pueblerinos.
Arsen meneó la cabeza. Podría ser solo un vendedor, pero su mala educación ante una dama era pésima.
-Dime Arsen - dijo Jessie - ¿Por qué no recuerdas nada de tu infancia?
-Poco me acuerdo - dijo Arsen observando a una señora modelar un vestido - no creo que haya vivido algo importante.
-Todos los hijos de Selene han vivido, o están viviendo, o están destinados a vivir algo extraodinario - dijo Jessie - o trágico.
Arsen se encogió los hombros.
-Lo poco que recuerdo es una luz centellante y el filo de una una espada con la silueta de una chica reflejada en su hola de acero. Unos caballos, ruidos... Luego la caida de un jinete negro - dijo Arsen - es una pesadilla, sin sentido alguno.
Jessie lo miró extrañada.
-¿Una espada, una chica y un jinete derrotado? - cuestionó Jessie - suena muy raro...
Arsen miró una tienda de frutas´que se encontraba más adelante.
-¿Qué te parece aquella tienda? - dijo Arsen cambiando drásticamente de tema.
-Falta ver si las legumbres están frescas - dijo Jessie - veamos.
Ambos se adentraron en la tienda y Jessie se encargó de ver las verduras mientras que Arsen observaba la aldea desde la puerta de la tienda.
-¿A cuánto tienen a esos tomates? - preguntó Jessie.
De repetente todas las personas empzaron a reunirse en la plaza, las tiendas estaban vaciándose.
-¿Qué está ocurriendo? - preguntó Arsen al vendedor.
-No lo sé, tal vez alguien que tenga noticias. En los últimos días han ocurrido cosas extrañas. Nas poblaciones sedentaras ahora se están volviendo nómadas - dijo el vendedor - si quieren saber, será mejor que vayan a averiguar.
Jessie y Arsen corrieron hacia donde la muchedumbre estaba reunida. Se abrieron paso entre la gente hasta quedar al frente.
Un señor, casi moribundo, estaba tirado en el suelo gritando de dolor y pánico.
-¡Los Ghost Killers se aproximan haci aquí! - dijo el sñor retorciéndose de dolor en el suelo - Viajan rápidamente... Deben... huir.
-¿Los Ghost Killers? - dijo una señora alarmada - ¿Qué a hecho nuestra tribu?
-Deben huir - repitió el moribundo arrastrando las palabras - ojo... dorado.
Los murmullos empezaron a fluir en el aire. Los Ghost Killers en la aldea de Gof. Jamás se había dado una situación que tuvieran que intervenir la organización.
-¿A dónde iremos? - preguntó una mujer en alto - nuestra vida y nuetsra familia siempre ha permanecido aquí desde la tercera guerra mundial y luego del ataque nuclear.
-A lo alto de las montañas - sugirió un hombre - allí no se atreverán a acercase.
-El recorrido es extenso, nos matarían los animales - gritó un muchacho.
Jessie y Arsen se miraron entre ellos.
-¡Dónde lo ha visto? - preguntó un hombre - ¡Alguien es doctor!
Un anciano del fondo gritó.
-¡Yo soy doctor!
-Lo encontramos cerca de las llanuras de Contoy en la región Tuka - dijo uno de los extranjeros que lo habían traído a la aldea - Son cuatro y se acercan a esta aldea sin detenerse. Seguro que buscan a los del Ojo Dorado.
-Pues entreguémosle a esos fenómenos - dijo una señora a todo pulmón - ¡Qué los maten!
-Nuestra existencia ha sido invadida y aturdida desde que esos del ojo dorado llegaron - gritó otro hombre - ¡Qué los entreguen!
Jessie y Arsen se miraron aterrorizados, desidieron salir de allí lo más deprisa posible antes de que algo malo ocurriera.
-¡Blake! - exclamó Jessi corriendo sobre el pasto verde de la laguna.
El chico miró a la Jessie acercarse a él.
-¿Qué pasa? - preguntó Blake - ¿no que ibas de compras.
La cansta estaba vacía.
-Los han visto... A los Ghost Killers, vienen hacia aquí - dijo Jessie - saben nuestra ubicación. ¿Qué hacemos?
-Prepararnos para la batalla - dijo Blake mirando a Jessie - podemos vencerle.
-Tengo un mal presentimiento - dijo Jessie mirando al horizonte.
-¡Hey, Arsen! - llamó Blake - Desenvaina tu espada, debes practicar el rayo de Zeus.
Arsen asintió y empezó a practicar, controlando y energía y a la veces corriendo y esquivando ataques, como lo sería una batalla real.
Io iba caminando al frente de los demás.
-Io - dijo Shen mirando a su alrededor. Ya había anochecido y los animales nocturnos estaban cantando - No crees que deberiamos resguardarnos, hay muchos animales sueltos por las noches. En especial los Tinteos.
-Un lobo nocturno (el Tinteo) - dijo Io mirando a su alrededor - qué miedoso eres, Shen.
-Si acampamos toda la noche - dijo Lorak - no nos retrasará mucho para llegar a la aldea de Gof más de día y medio.
Io miró a su acompañante y luego miró la luna llena en todo su esplendor.
-Luna llena debe estar en su mejor momento, ya que su fase está puesta en los cielos - dijo Io - no quiero enfrentarme a un oponente débil.
-Pensé que yo me encargaría del novato - dijo Menfis.
-Cambié de parecer - dijo Io mirandolo fríamente.
-La luna llena tardará dos noches más, tiempo suficiente - dijo Lorak - hace frío y está oscuro. Además necesitas dormir. Tanto quieres enfrentarte a un poderoso contrincante, debes estar en lo máximo de tu poder.
Lorak tenía razón.
-Acamparemos aquí - dijo Io - Shen y Menfis busquen leña y formen una hoguera. Lorak, tú harás guardia hasta la media noche, luego le tocará a Menfis.
Todos asintieron y se pusieron en marcha.
Shen y Menfis fueron a buscar leña.
Lorak se sentó en una piedra e Io en una raíz de un árbol.
-Piensas matarlo - afirmó Lorak sin voltear a ver a Io.
Io por su parte permaneció serena ante tal comentario.
-Aun cuando las indicaciones fueron claras - continuó Lorak - traerlos con vida.
-Poco me importa ese informe - dijo Io- pueden hacer con mi vida lo que les plazca, pero no dejaré vivir al del ojo dorado, luna llena.
-¿Qué tiene este que no tenga los demás? - preguntó Lorak - hace unas horas tenías un plan formado, ahora ¿por qué lo quieres matar?
Io hizo silencio.
-Yo solo cobro la vida que me ha robado - dijo Io cerrando los ojos tratando de que su poder no se viera reflejado en su ojo comuflado.
Lorak emitió un suspiro.
-A todos nos han robado vidas - dijo Lorak sintiendo nostalgia - pero esas vidas nunca vuelven.
Io recordó aquella noche:¡Mamá!,¡Papá!... Tus padres están muertos.
-Espero que tengas suerte - dijo Lorak - no estoy a favor que vayas a hacer lo que se te de en gana, pero tampoco estoy en contra.
Io la miró extrañada.
-¡Leña! - exclamó Shen trayendo trosos de leña en sus hombros al igual que Menfis.
Hicieron una fogata.
Shen y Menfis trataron de dormir un poco mientras que Lorak vigilaba los alrededores.
Io, por su parte, desenvainó su espada con lentitud. Vio como la hoja del sable reflejaba su silueta.
En su mente se oyó un relinche de caballo y divisó un corcel blanco con fuertes patas y un jinete impresionante. El montador tenía en su cintura la misma vaina que estaba en sus manos.
Luego frente a sus ojos, un muchacho, no mayor de doce años con sable en la mano le cortó la mitad del cuerpo al jinete usando la técnica "el rayo de Zeus". El del ojo dorado, un ser identico a ella.
Io miró el sable puesto en sus manos.
Sintió ganas de llorar, pero se abstuvo de hacerlo.
-Por madre, por poadre, por maestro - dijo Io - me las pagarás luna llena. Juro que hasta no verte muerto no descansaré sin antes verte inerte ante mis pies.
-Los cuatro guerreros ya han partido a las montañas de Yunasán - dijo una mujer pelirroja, tenía un parche en el ojo izquierdo.
-Querima - dijo el joven sentando en el escritorio - pronto el mundo conocerá el poder de Zonic y se inclinará en una reverencia ante su poder.
-¿Esos fénomenos no serán difícil de capturar? - preguntó Querima - ¿especificaste que los querías vivos?
-Io no aguantará las ganas de asesinar al número cuatro - dijo levantándose de su asiento - quiero que vayas allí y te encargues de que eso no ocurra. Los necesito con vida.
Querima lo miró extrañada, pero asintió una sola vez como muestra de aceptación.
-¿A qué hora quieres que salga? - preguntó Querima.
-Lo más pronto posible - dijo - enviaré una escolta de soldados contigo.
-No es necesario, con dos soldados acompañándome nos las podremos arreglar - dijo Querima- entre menos personas es mejor, así podemos pasar desapercibidos. Es un viaje largo.
-Haz lo que quieras, pero tráeme a esos montruos con vida - dijo mirándola.
-En seguida, Ivan - Querima salió de la habitación.
La pelirroja tomó un sable en sus manos y lo desenvainó.
-¡Jah! - Qurima agitó la espada haciendo que esta emitiera una especie de replandor dorado en su hoja de acero.
Capítulo 5
Una extraña sensación
Arsen se había levantado más temprano de lo acostumbrado. Practicaba sus movimientos veloces con el tronco de un árbol.
Aquel madero estaba casi talado, las filosas luces que emitía su espada eran suficientemente cortantes para derribar a un árbol tan grande como era aquel, en cuestión de minutos.
-Necesito más poder - musitó Arsen aumentando aquella energía. Su cuerpo empezó a irradiar una iluminación rojiza - necesito más rapidez.
Arsen agitó su espada y de un solo ataque salió el rayo de Zeus derribando así al viejo y gigantezco árbol.
-¡Detente! - exclamó Jessie corriendo hacia él. Su transformación hizo que se multiplicara en siete mientras aun seguía corriendo - ¡Arsen, detente!
Arsen la observó. Su ojo derecho ya no iluminaba con una luz fosforecente amarilla, ahora su ojo se había tornado rojo.
-Relaja tu energía - dijo Jessie - ¡Puedes hacerlo!
Arsen la miró extrañado.
-Se siente genial, no lo haré - dijo Arsen sonriendo.
Jessie se aproximo a él y con sus siete espectros lo rodeo.
-¡Hazlo! - dijo ella con autoridad.
Arsen empezó a relajar su cuerpo hasta que volvió a la normalidad.
Blake salió de la cabaña.
-¿Qué está pasando? - preguntó Blake.
-A sobrepasado su límite - dijo Jessie.
Arsen los miró extrañado.
-Mira, Arsen - empezó a decir Blake manteniendo la compostura - nuestro poder tiene un límite. Mientras el ojo esté brillando con un resplandor amarillo, estás bien. Si está alumbrado rojo, sobrepasaste tu límite.
-Es una sensación extraña - dijo Jessie - te sientes bien, te vas con el placer de obtener el poder que quieres, pero ese poder puede tornarse en tu contra.
-El poder del ojo dorado puede llegar a controlarte - dijo Blake - tanto que perderías la capacidad de dominar tu propio organismo y la libertad de pensamiento.
-Te convertirías en la marioneta de ese poder inexplicable - concluyó Jessie.
Arsen miró a su alrededor, observó el árbol tirado en el suelo.
-Puedes controlar tu límite - dijo Jessie - es decír, saber cuando estás a punto y cuando sobrepasas el límite.
Blake se tranformó y fue por su sable.
-En guardia - dijo Blake alzando su espada.
Arsen se colocó en posición de combate. Cerró los ojos y en segundos su transformación se completó.
Blake inició los movimientos de la espada de rayo y Arsen los correspondía con igual fuerza y rapidez.
-Concentra tu energía - dijo Jessie.
Arsen fue aumentando del poder, su ojo se tornó naranja.
-¿Lo sientes? - dijo Blake - el ardor que quema dentro de tus venas.
-Sí- dijo Arsen sin parar de atacar.
-Quiero que concentres tu energía, bájala poco a poco - dijo Blake sin detener los movimientos.
Arsen cerró los ojos.
Se soprendió que, aun con los ojos cerrados, sus brazos correspondían el ataque que hacía Blake. Por puro instinto.
-Lo estás haciendo bien - dijo Jessie.
-Intenta hacer el rayo de Zeus a ese nivel de energía - dijo Blake apartándose.
Arsen hizo el movimiento y de su espada salió el rayo disparado hacia el cielo, cortó la punta del algunos pinos, y luego se desvaneció.
-Bien - dijo Jessie - debes controlar el nivel de energía que usas. Si es necesario sobrepasar el límite , debes tener en claro que no puede ser por un tiempo extenso. Mejor dicho, solo sirve para un solo movimiento.
Arsen asintió.
-Blake, tengo que ir al pueblo - dijo Jessie - necesitamos provisiones.
-Había planeado en dar una vuelta por los alrededores, ahora más que nunca, hay espías merodenando por allí - dijo Blake - ¿qué tal si te acompaña Arsen? Sería bueno que aprendiera el sendero hacia la aldea de Gof.
-Está bien - dijo Jessie - partiremos luego del almuerzo.
Un cuervo salió volando de una rama alta y dando un canto chillón y atemorizante, se alejó.
-Esos cuervos - dijo Blake agitando la espada - te digo que esos espías andan tras nosotros.
-Los cuervos son animales, Blake - dijo Jessie - aunque sean macabros y sombríos.
Un ave negra se postró en el brazo de Io. Ella le acarició la nuca y el ave respondió con movimiento.
En la pata tenía una hoja del crisol y en la otra una hoja carbonizada.
Io dejó ir al cuervo.
-Bien hecho Roky - dijo Io al cuervo.
Los cuatro guerreros estaban descansando en unas raíces enormes que sobresalían de la tierra. Comían y otros tomaban una cortísima siesta.
Io miró su espada, recordó quién se la había dado. La agitó con destreza ante un árbol y clavo su filo en la madera. De un solo jalón la sacó de allí.
-Maestro - musitó Io - juro que vengaré tu muerte.
Lorak apareció detrás de unos arbustos, comía una manzana roja.
-Deberías descansar - sugirió Lorak mordiendo un pedazo de la fruta.
-El enemigo no está descansando - dijo Io - mientras nosotros desperdiciamos tiempo valioso comiendo y durmiendo, ellos se hacen más fuertes.
Lorak permaneció calmada, estaba acostumbrada a esas reacciones de su líder.
-Yo solo decía. Haz lo que te plazca - dijo Lorak yendo a donde sus compañeros.
Io sintió el cosquilleo de su energía fluir tercamente dentro de sus venas. Cerró los ojos para calmar la energía y permanecer oculta.
"Aquel que del ojo dorado, digno de hacer el rayo de Zeus... Morirá con el filo de mi espada, enterrada en su corazón" pensó Io.
Io guardó su espada y miró a sus compañeros dormir plácidamente.
-Lorak - dijo Io - despierta a Shen y a Menfis, continuamos nuestro viaje.
Arsen se había levantado más temprano de lo acostumbrado. Practicaba sus movimientos veloces con el tronco de un árbol.
Aquel madero estaba casi talado, las filosas luces que emitía su espada eran suficientemente cortantes para derribar a un árbol tan grande como era aquel, en cuestión de minutos.
-Necesito más poder - musitó Arsen aumentando aquella energía. Su cuerpo empezó a irradiar una iluminación rojiza - necesito más rapidez.
Arsen agitó su espada y de un solo ataque salió el rayo de Zeus derribando así al viejo y gigantezco árbol.
-¡Detente! - exclamó Jessie corriendo hacia él. Su transformación hizo que se multiplicara en siete mientras aun seguía corriendo - ¡Arsen, detente!
Arsen la observó. Su ojo derecho ya no iluminaba con una luz fosforecente amarilla, ahora su ojo se había tornado rojo.
-Relaja tu energía - dijo Jessie - ¡Puedes hacerlo!
Arsen la miró extrañado.
-Se siente genial, no lo haré - dijo Arsen sonriendo.
Jessie se aproximo a él y con sus siete espectros lo rodeo.
-¡Hazlo! - dijo ella con autoridad.
Arsen empezó a relajar su cuerpo hasta que volvió a la normalidad.
Blake salió de la cabaña.
-¿Qué está pasando? - preguntó Blake.
-A sobrepasado su límite - dijo Jessie.
Arsen los miró extrañado.
-Mira, Arsen - empezó a decir Blake manteniendo la compostura - nuestro poder tiene un límite. Mientras el ojo esté brillando con un resplandor amarillo, estás bien. Si está alumbrado rojo, sobrepasaste tu límite.
-Es una sensación extraña - dijo Jessie - te sientes bien, te vas con el placer de obtener el poder que quieres, pero ese poder puede tornarse en tu contra.
-El poder del ojo dorado puede llegar a controlarte - dijo Blake - tanto que perderías la capacidad de dominar tu propio organismo y la libertad de pensamiento.
-Te convertirías en la marioneta de ese poder inexplicable - concluyó Jessie.
Arsen miró a su alrededor, observó el árbol tirado en el suelo.
-Puedes controlar tu límite - dijo Jessie - es decír, saber cuando estás a punto y cuando sobrepasas el límite.
Blake se tranformó y fue por su sable.
-En guardia - dijo Blake alzando su espada.
Arsen se colocó en posición de combate. Cerró los ojos y en segundos su transformación se completó.
Blake inició los movimientos de la espada de rayo y Arsen los correspondía con igual fuerza y rapidez.
-Concentra tu energía - dijo Jessie.
Arsen fue aumentando del poder, su ojo se tornó naranja.
-¿Lo sientes? - dijo Blake - el ardor que quema dentro de tus venas.
-Sí- dijo Arsen sin parar de atacar.
-Quiero que concentres tu energía, bájala poco a poco - dijo Blake sin detener los movimientos.
Arsen cerró los ojos.
Se soprendió que, aun con los ojos cerrados, sus brazos correspondían el ataque que hacía Blake. Por puro instinto.
-Lo estás haciendo bien - dijo Jessie.
-Intenta hacer el rayo de Zeus a ese nivel de energía - dijo Blake apartándose.
Arsen hizo el movimiento y de su espada salió el rayo disparado hacia el cielo, cortó la punta del algunos pinos, y luego se desvaneció.
-Bien - dijo Jessie - debes controlar el nivel de energía que usas. Si es necesario sobrepasar el límite , debes tener en claro que no puede ser por un tiempo extenso. Mejor dicho, solo sirve para un solo movimiento.
Arsen asintió.
-Blake, tengo que ir al pueblo - dijo Jessie - necesitamos provisiones.
-Había planeado en dar una vuelta por los alrededores, ahora más que nunca, hay espías merodenando por allí - dijo Blake - ¿qué tal si te acompaña Arsen? Sería bueno que aprendiera el sendero hacia la aldea de Gof.
-Está bien - dijo Jessie - partiremos luego del almuerzo.
Un cuervo salió volando de una rama alta y dando un canto chillón y atemorizante, se alejó.
-Esos cuervos - dijo Blake agitando la espada - te digo que esos espías andan tras nosotros.
-Los cuervos son animales, Blake - dijo Jessie - aunque sean macabros y sombríos.
Un ave negra se postró en el brazo de Io. Ella le acarició la nuca y el ave respondió con movimiento.
En la pata tenía una hoja del crisol y en la otra una hoja carbonizada.
Io dejó ir al cuervo.
-Bien hecho Roky - dijo Io al cuervo.
Los cuatro guerreros estaban descansando en unas raíces enormes que sobresalían de la tierra. Comían y otros tomaban una cortísima siesta.
Io miró su espada, recordó quién se la había dado. La agitó con destreza ante un árbol y clavo su filo en la madera. De un solo jalón la sacó de allí.
-Maestro - musitó Io - juro que vengaré tu muerte.
Lorak apareció detrás de unos arbustos, comía una manzana roja.
-Deberías descansar - sugirió Lorak mordiendo un pedazo de la fruta.
-El enemigo no está descansando - dijo Io - mientras nosotros desperdiciamos tiempo valioso comiendo y durmiendo, ellos se hacen más fuertes.
Lorak permaneció calmada, estaba acostumbrada a esas reacciones de su líder.
-Yo solo decía. Haz lo que te plazca - dijo Lorak yendo a donde sus compañeros.
Io sintió el cosquilleo de su energía fluir tercamente dentro de sus venas. Cerró los ojos para calmar la energía y permanecer oculta.
"Aquel que del ojo dorado, digno de hacer el rayo de Zeus... Morirá con el filo de mi espada, enterrada en su corazón" pensó Io.
Io guardó su espada y miró a sus compañeros dormir plácidamente.
-Lorak - dijo Io - despierta a Shen y a Menfis, continuamos nuestro viaje.
Capitulo 4
Ojo brillante (El rayo de Zeus)
Arsen se levantó con los primeros rayos de sol.
Salió en dirección a donde estaba su caballo, Black, lo desamarró del tronco de un viejo y enorme árbol, para llevarlo a tomar un poco de agua a la orilla de la laguna.
-Tenías sed, muchacho – dijo Arsen sosteniendo a su fiel corcel del bozal.
-¿Madrugador? – dijo una voz femenina a las espaldas de Arsen.
Arsen volteó y vio a Jessie, quien tenía sus delgados pies descalzos en el agua.
-Sí – contestó Arsen – A Black le gusta ver el amanecer conmigo.
-Eso es tierno y descabellado a la vez – sonrió Jessie.
Arsen miró el collar que tenía Jessie en el cuello, era una luna creciente del mismo material del medallón que la anciana le había dado.
-¿Dónde lo conseguiste? – preguntó Arsen.
-¿Esto? – señaló Jessie el collar – nací con esto.
-Pero no tienes treinta años – dijo Arsen son rareza.
-Tienes razón – rió Jessie – tengo más de ochenta años.
Arsen la miró incrédulo.
-Es increíble cuanto desconoces sobre tu naturaleza – dijo Jessie – nosotros, hijos de Selene, somos dejados en tierra como simples fetos. Nuestro desarrollo se realiza en tierra, dura más de veinte años. Nuestro crecimiento no se cuenta con trescientos sesenta y cinco días, sino en setecientos treinta días; lo que sería dos años. Así que yo tengo diecinueve años.
-Interesante. A mí se me olvidó todo eso, poco recuerdo de mi infancia – dijo Arsen.
-Lo importante es lo que vivas ahora – dijo Jessie – Blake debe estar despertando. Prepararé el desayuno, alístate que tu entrenamiento empieza desde hoy.
Blake salió de la casa y miró a los chicos en la orilla de la laguna, movió la muñeca en ademán de saludo luego volvió a meterse en la cabaña.
Jessie regresó también a la casa dejando a Arsen solo con su caballo.
-¿Hubieras pensado eso, Black? – rió Arsen – Después de todo, soy más viejo que tú.
Arsen volvió a amarrar a su caballo y se internó en la casa.
Jessie estaba sirviendo el desayuno y Blake estaba sentado ya en la mesa del comedor.
-Buenos días, Arsen – saludó Blake – veo que eres madrugador. Eso es bueno.
Arsen se sentó en la mesa.
-Come bien – dijo Blake viendo el plato de frutas que acababa de traer Jessie – Hoy será un día agotador.
Cuando terminaron de desayunar, todos salieron de la cabaña y se ubicaron en un lugar plano, sin árboles, y espacioso.
Jessie se colocó al costado de Arsen para transmitirle confianza.
Blake se colocó frente a ellos.
-El ojo dorado activa tus poderes y dotes sobrenaturales cuando brilla – explicó Blake – mientras el ojo esté opaco, serás tan vulnerable como cuál ser humano común y corriente.
Arsen asintió.
-El ojo brillará cuando tus pensamientos estén completamente enfocados en concentrarse, como si estuvieras reuniendo energía – dijo Jessie.
-Observa – dijo Blake.
Blake cerró los ojos, una luz empezó a emanar de su cuerpo, como lo había hecho Jessie en el árbol del crisol.
En pocos segundos Blake volvió a abrir los ojos. Ahora su ojo dorado emitía un resplandor fosforescente.
-Cuando esté así puedo correr a una velocidad inimaginable – dijo Blake.
Blake salió corriendo rápidamente, solo se sentía el viento que dejaba por la velocidad, pero no se veía la dirección que tomaba. Blake regresó al mismo sitio en cuestión de segundos.
-Mírame – dijo Jessie apartándose un poco de él.
Jessie hizo el mismo procedimiento, hasta que su ojo derecho iluminó.
Jessie extendió los brazos, como si fuera a dar un abrazo, y enseguida siete personas idénticas a Jessie aparecieron.
-Inténtalo – dijo Jessie con dulzura – no te preocupes si no te sale a la primera.
Arsen asintió. Cerró los ojos y trató de enfocar toda su energía. Sintió como un cosquilleo recorría su cuerpo, poco a poco su cuerpo fue brillando hasta que sintió que su ojo derecho emanaba una luz propia.
Arsen abrió los ojos.
-Bien hecho, Arsen – dijo Jessie.
Blake le lanzó su sable.
-Buenos reflejos – dijo Blake viendo que Arsen no tuvo ningún problema en tomarlo – Tal vez tengo una idea de donde está enfocado tu poder.
Blake corrió y volvió casi enseguida con otro sable.
-En tus brazos – finalizó Blake – Jessie y yo dominamos la espada de rayo. Vamos a ver qué tan bueno eres.
Blake corrió hacia él atacándolo, pero Arsen se defendió. Su visión podía divisar los movimientos de Blake como si estuviera corriendo a una velocidad normal.
-Bien – dijo Blake – La espada de rayo son movimientos súper sónicos que emite una especie de luz que corta más que la hoja de tu espada. Entrégale la espada a Jessie y observa.
Arsen obedeció.
Jessie y Blake se pusieren cara a cara estrechando el filo de sus espadas.
-A mi señal – dijo Blake - ¡Ya!
Jessie empezó con uno movimientos rápidos de la espada que chocaban con la contraria, ambas espadas emitían una luz blanca.
Blake desvió su espada para terminar la demostración.
-Toma, inténtalo – dijo Blake entregándole en sable.
Arsen tomó la espada y se colocó delante de Jessie.
-Empecemos – dijo Blake – y nunca despegues la vista de tu espada.
Jessie empezó los movimientos y Arsen los correspondía. Jessie sintió hacer un gran esfuerzo para esquivar los ataques de Arsen.
-Jessie aumenta la velocidad – ordenó Blake.
Jessie incrementó la rapidez de sus movimientos, pero al parecer no afectaba en lo absoluto a Arsen.
-¡Ya no puedo! – gritó Jessie – ¡Me voy a detener!
Jessie se detuvo, pero se apartó enseguida porque un ataque de Aren, que era inevitable detener, iba en dirección hacia ella.
Al no tener la espada de Jessie chocando contra la suya, un rayo de luz salió disparado de su espada cortando un pino enorme al otro lado de la laguna.
Los tres miraron como el árbol iba cayendo al suelo.
-Impresionante – dijo Blake – es el rayo de Zeus. Solo uno de los cuatro puede hacer ese movimiento y disparar el rayo de Zeus.
-Increíble – corroboró Jessie envainando el sable.
-Practiquemos ese movimiento una vez más – dijo Blake.
Toda la mañana practicaron ese movimiento. Y repetidas veces salió.
En la tarde practicaron destreza y agilidad, cómo defenderse.
Como a las seis de la tarde cuando vieron que el sol estaba a punto de ocultarse pararon de practicar.
-Mañana probaremos tu concentración de energía en tus brazos para puedas perfeccionar el rayo de Zeus – dijo Blake – para volver a la normalidad solo deja relajar tu cuerpo por unos instantes con los ojos cerrados.
Jessie y Blake volvieron a la normalidad.
Arsen tardó un poco más en relajar su energía, pero lo logró.
-Bueno – dijo Blake respirando profundamente – hoy fue un día agotador. Me apetece cenar un buen plato de legumbres e irme a la cama.
-Preparé la cena esta mañana, vengan, ya la sirvo – dijo Jessie dirigiéndose a su casa.
Seguido Arsen y Blake.
-Lo estás haciendo bien – dijo Blake, solo falta práctica.
Arsen asintió.
Desprendió su espada de la gruesa carne de un Centurium, la sangre violácea corría por la hoja de su sable.
Io con un movimiento de muñeca guardó su espada.
-Sigamos – dijo Io apartando unas ramas.
Shen y Menfis observaron al animal inerte en el suelo.
Centurium eran leones, cazadores expertos y muy duros de matar. Les sorprendió que Io con un solo ataque lo hubiera derribado.
-No se queden ahí parados, ¡Caminen! – dijo Lorak pasando a su lado – mi abuela en su andadera camina más rápido que ustedes.
Shen y Menfis le echaron un último vistazo al animal antes de seguir.
Arsen se levantó con los primeros rayos de sol.
Salió en dirección a donde estaba su caballo, Black, lo desamarró del tronco de un viejo y enorme árbol, para llevarlo a tomar un poco de agua a la orilla de la laguna.
-Tenías sed, muchacho – dijo Arsen sosteniendo a su fiel corcel del bozal.
-¿Madrugador? – dijo una voz femenina a las espaldas de Arsen.
Arsen volteó y vio a Jessie, quien tenía sus delgados pies descalzos en el agua.
-Sí – contestó Arsen – A Black le gusta ver el amanecer conmigo.
-Eso es tierno y descabellado a la vez – sonrió Jessie.
Arsen miró el collar que tenía Jessie en el cuello, era una luna creciente del mismo material del medallón que la anciana le había dado.
-¿Dónde lo conseguiste? – preguntó Arsen.
-¿Esto? – señaló Jessie el collar – nací con esto.
-Pero no tienes treinta años – dijo Arsen son rareza.
-Tienes razón – rió Jessie – tengo más de ochenta años.
Arsen la miró incrédulo.
-Es increíble cuanto desconoces sobre tu naturaleza – dijo Jessie – nosotros, hijos de Selene, somos dejados en tierra como simples fetos. Nuestro desarrollo se realiza en tierra, dura más de veinte años. Nuestro crecimiento no se cuenta con trescientos sesenta y cinco días, sino en setecientos treinta días; lo que sería dos años. Así que yo tengo diecinueve años.
-Interesante. A mí se me olvidó todo eso, poco recuerdo de mi infancia – dijo Arsen.
-Lo importante es lo que vivas ahora – dijo Jessie – Blake debe estar despertando. Prepararé el desayuno, alístate que tu entrenamiento empieza desde hoy.
Blake salió de la casa y miró a los chicos en la orilla de la laguna, movió la muñeca en ademán de saludo luego volvió a meterse en la cabaña.
Jessie regresó también a la casa dejando a Arsen solo con su caballo.
-¿Hubieras pensado eso, Black? – rió Arsen – Después de todo, soy más viejo que tú.
Arsen volvió a amarrar a su caballo y se internó en la casa.
Jessie estaba sirviendo el desayuno y Blake estaba sentado ya en la mesa del comedor.
-Buenos días, Arsen – saludó Blake – veo que eres madrugador. Eso es bueno.
Arsen se sentó en la mesa.
-Come bien – dijo Blake viendo el plato de frutas que acababa de traer Jessie – Hoy será un día agotador.
Cuando terminaron de desayunar, todos salieron de la cabaña y se ubicaron en un lugar plano, sin árboles, y espacioso.
Jessie se colocó al costado de Arsen para transmitirle confianza.
Blake se colocó frente a ellos.
-El ojo dorado activa tus poderes y dotes sobrenaturales cuando brilla – explicó Blake – mientras el ojo esté opaco, serás tan vulnerable como cuál ser humano común y corriente.
Arsen asintió.
-El ojo brillará cuando tus pensamientos estén completamente enfocados en concentrarse, como si estuvieras reuniendo energía – dijo Jessie.
-Observa – dijo Blake.
Blake cerró los ojos, una luz empezó a emanar de su cuerpo, como lo había hecho Jessie en el árbol del crisol.
En pocos segundos Blake volvió a abrir los ojos. Ahora su ojo dorado emitía un resplandor fosforescente.
-Cuando esté así puedo correr a una velocidad inimaginable – dijo Blake.
Blake salió corriendo rápidamente, solo se sentía el viento que dejaba por la velocidad, pero no se veía la dirección que tomaba. Blake regresó al mismo sitio en cuestión de segundos.
-Mírame – dijo Jessie apartándose un poco de él.
Jessie hizo el mismo procedimiento, hasta que su ojo derecho iluminó.
Jessie extendió los brazos, como si fuera a dar un abrazo, y enseguida siete personas idénticas a Jessie aparecieron.
-Inténtalo – dijo Jessie con dulzura – no te preocupes si no te sale a la primera.
Arsen asintió. Cerró los ojos y trató de enfocar toda su energía. Sintió como un cosquilleo recorría su cuerpo, poco a poco su cuerpo fue brillando hasta que sintió que su ojo derecho emanaba una luz propia.
Arsen abrió los ojos.
-Bien hecho, Arsen – dijo Jessie.
Blake le lanzó su sable.
-Buenos reflejos – dijo Blake viendo que Arsen no tuvo ningún problema en tomarlo – Tal vez tengo una idea de donde está enfocado tu poder.
Blake corrió y volvió casi enseguida con otro sable.
-En tus brazos – finalizó Blake – Jessie y yo dominamos la espada de rayo. Vamos a ver qué tan bueno eres.
Blake corrió hacia él atacándolo, pero Arsen se defendió. Su visión podía divisar los movimientos de Blake como si estuviera corriendo a una velocidad normal.
-Bien – dijo Blake – La espada de rayo son movimientos súper sónicos que emite una especie de luz que corta más que la hoja de tu espada. Entrégale la espada a Jessie y observa.
Arsen obedeció.
Jessie y Blake se pusieren cara a cara estrechando el filo de sus espadas.
-A mi señal – dijo Blake - ¡Ya!
Jessie empezó con uno movimientos rápidos de la espada que chocaban con la contraria, ambas espadas emitían una luz blanca.
Blake desvió su espada para terminar la demostración.
-Toma, inténtalo – dijo Blake entregándole en sable.
Arsen tomó la espada y se colocó delante de Jessie.
-Empecemos – dijo Blake – y nunca despegues la vista de tu espada.
Jessie empezó los movimientos y Arsen los correspondía. Jessie sintió hacer un gran esfuerzo para esquivar los ataques de Arsen.
-Jessie aumenta la velocidad – ordenó Blake.
Jessie incrementó la rapidez de sus movimientos, pero al parecer no afectaba en lo absoluto a Arsen.
-¡Ya no puedo! – gritó Jessie – ¡Me voy a detener!
Jessie se detuvo, pero se apartó enseguida porque un ataque de Aren, que era inevitable detener, iba en dirección hacia ella.
Al no tener la espada de Jessie chocando contra la suya, un rayo de luz salió disparado de su espada cortando un pino enorme al otro lado de la laguna.
Los tres miraron como el árbol iba cayendo al suelo.
-Impresionante – dijo Blake – es el rayo de Zeus. Solo uno de los cuatro puede hacer ese movimiento y disparar el rayo de Zeus.
-Increíble – corroboró Jessie envainando el sable.
-Practiquemos ese movimiento una vez más – dijo Blake.
Toda la mañana practicaron ese movimiento. Y repetidas veces salió.
En la tarde practicaron destreza y agilidad, cómo defenderse.
Como a las seis de la tarde cuando vieron que el sol estaba a punto de ocultarse pararon de practicar.
-Mañana probaremos tu concentración de energía en tus brazos para puedas perfeccionar el rayo de Zeus – dijo Blake – para volver a la normalidad solo deja relajar tu cuerpo por unos instantes con los ojos cerrados.
Jessie y Blake volvieron a la normalidad.
Arsen tardó un poco más en relajar su energía, pero lo logró.
-Bueno – dijo Blake respirando profundamente – hoy fue un día agotador. Me apetece cenar un buen plato de legumbres e irme a la cama.
-Preparé la cena esta mañana, vengan, ya la sirvo – dijo Jessie dirigiéndose a su casa.
Seguido Arsen y Blake.
-Lo estás haciendo bien – dijo Blake, solo falta práctica.
Arsen asintió.
Desprendió su espada de la gruesa carne de un Centurium, la sangre violácea corría por la hoja de su sable.
Io con un movimiento de muñeca guardó su espada.
-Sigamos – dijo Io apartando unas ramas.
Shen y Menfis observaron al animal inerte en el suelo.
Centurium eran leones, cazadores expertos y muy duros de matar. Les sorprendió que Io con un solo ataque lo hubiera derribado.
-No se queden ahí parados, ¡Caminen! – dijo Lorak pasando a su lado – mi abuela en su andadera camina más rápido que ustedes.
Shen y Menfis le echaron un último vistazo al animal antes de seguir.
martes, 31 de enero de 2012
Capítulo 3
La misión
Alrededor de una mesa redonda estaban tres guerreros, cada uno mirando fijamente a los otros.
-¿Qué crees que pase? - preguntó Lorak. Una chica alta, de ojos verde caña, cabello corto; con un sable en su espalda - ¿Nos mandarán nuevamente tras los seres del Ojo Dorado?
-Quizás sea una opción - dijo Shen, un joven de cabello largo y negro - esos alienígenas... Los mataré a toda costa, lo juro.
-Estás hablando mucho Shen. Si mal no recuerdo uno de ellos te hizo la cicatriz que tienes en el ojo derecho y también a Lorak en su mejilla izquierda - dijo Menfis - No son fáciles de derrotar. Si no hubieramos tenido de nuestro lado a Io, tal vez hubieramos muerto.
-Todos sabemos que Io es la guerra tipo 1 - dijo Lorak levanándose y empezando a caminar. Desenvainó su espada y empezó a agitarla con destreza - por eso es la líder. Sin embargo, a veces piensa en solo ganar la batalla y no se da cuenta que en el combate hay más vidas en riegos.
-Lorak, estás siendo egoísta - dijo Menfis - si ella no hubiera detenido a la chica de ojo dorado, ya que casi te derrota con sus siete espectros, estuvieras en estos momentos bajo tierra.
-Creoq ue subestimamos a Io - dijo Shen - es realmente poderosa.
-Exacto - dijo Lorak - ¿De dónde saca tal poder? No he oído ninguna historia sobre ella. Cada uno de nosotros pasamos vidas terribles, una infancia desastroza, pero ella. Ella no tiene nada que contar.
-Sea cual sea su historia, es la mejor - dijo Menfis - y es mejor que estemos de su lado.
La puerta de la habitación se oyó abrirse.
Del umbral apareció una chica alta, de cabellera negra y larga, la piel blanquísima y ambos ojos azabaches. Su expresión era fría y silenciosa.
-Io - dijo Shen al ver a la chica.
-Ya tengo el informe de nuestra nueva misión - dijo Io poniendo una carpeta en el centro de la mesa.
-¿Dónde? - se limitó a decir Lorak.
-En la laguna oculta en las montañas de Yunasán - dijo Io - hay están ubicados los del Ojo Dorado.
-Esos dos rufianes - dijo Shen - los haremos papilla.
-No dos... Tres -aclaró Io - Uno de nuestros espías averiguó sobre la existencia de uno más, un hombre.
-¿Otro alienígena? - dijo Menfis con sarcasmo - ya nos hemos complicado mucho con la exitencia de dos.
-El informe dice que éste no está adiestrado, no sabe usar sus poderes y para mi lógica es un blanco fácil de derribar. El verdadero problema sería los otros dos - dijo Io.
-Io tiene razón, pero qué estrategia usaremos - dijo Menfis - esa chica fantasma le tengo un poquitín de miedito.
-¡Gallina! - dijo Lorak riendo - de esa me encargo yo. Tengo cuentas pendientes con esa fenómeno.
-¿Qué haremos con flashín? - dijo Shen - a ese no me molestaría darle su buena paliza.
-Tú y yo nos encargaremos del veloz, Shen - dijo Io - y Menfis, te encargo al novato.
-Bien - dijo Menfis.
-Partiremos mañana al alba - dijo Io retirándose de la habitación.
-Sigo diciendo que ese dicho está mal - recriminó Lorak - ¿quién fue el tonto que dijo "Al buen entendedor pocas palabras"? Yo a veces ni le entiendo a Io, parece esos cd's de instrcciones.
-Pues no es una chica de hablar mucho, pienso que ella es más de acción - dijo Shen - todo lo contrario a ti.
-Muy gracioso, eh, Shen - dijo Lorack golpeando la cabeza del pelinegro.
-¡Hey! Arruinas mi peinado - dijo Shen acomodandose su melena.
-Siempre pensé que nunca te peinabas - dijo Lorak - Iré a la cama, no quiero que Miss Number 1 me encuentre de malhumor.
-Quieras o no, siempre serás un ogro por las mañanas - dijo Shen riendo - y el resto de día - murmuró.
Lorak decidó ignorar lo último que había escuchado, se metió a su cuarto y cerró la puerta a golpe.
-Creo que la insultaste - dijo Menfis - Lorak parece el tipo de ruda.
-¡Qué va! - dijo Shen levantándose - vamos a ver como nos va en esta misión. Ojalá y nos vaya mejor que la vez pasada.
-Concuedo contigo - dijo Menfis.
Io estaba recostada en su cama, dormía silenciosamente, pero su mente estaba en una inquietud completa.
El momento se situaba en una cabaña en llamas. Gente corriendo de aquí para allá, huesos crugiendo en el suelo y el olor a carne carbonizada; era desesperante y espantoso.
Una niña estaba sentada al pie de un árbol, llorando. Nadie se percataba de ella y mucho menos intentaban salvarla, ya que todos, de alguna u otra forma, deseaban verla muerta, a aquel anómalo ser.
Los techos de las casa se colapsaban rápidamente y caían sobre las personas, quienes recogían sus pertenecias. Era horrible.
-Ayúdenme - murmuraba la niña entre jadeos.
Los gritos de las personas quemadas aumentaba cada vez más.
-Mamá, papá - murmuró la niña mirando los cadáveres de sus padres frente a ella.
La niña divisó con su ojo izquierdo de color azabache y su ojo derecho dorado, a una miltutud de personas extrañas con vestimentas negras y lineas rojas.
Pensó que eran rescatistas de una tribu cercana, pero no.
Al contrario, a los sobrevivientes le cortaban el cuello con un sable filoso y se aseguraban de que ninguna víctima saliera de allí con vida.
-Mira Jack - dijo uno de los hombres de negro a su compañero - ¿no es una ternura?
-Sí, Fred - dijo Jack mirando a la niña con malicia.
-¡Mamá!,¡Papá!¡Despierten! - gritó la niña agitando ambos cuerpos semi carbonizados.
Los dos hombres rieron a carcajadas.
-Papá, levántate, sálvame - se burló Jack - papito, ni mamita pueden hacer nada.
-Están muertos, lindura - dijo Fred cooperando con su compañero.
Se acercaron a la niña.
-¿por qué no te quitas la ropa? - dijo Jack sacudiendo el vestido manchado de sangre de la niña - Anda, haznos el favor.
La niña lloraba a gritos.
-¡Suéltame! - gritó la niña tratando de quitar las grandes manos de Jack.
Jack rió y empezó a desgarrar el vestido de la pequeña.
-¡No! - gritó ella empujándolo.
-Jack - intervino Fred al darse cuenta que no era un ser humano - es un ser del Ojo Dorado.
Jack lo miró hastiado.
-Entonces ella y yo formaremos una nueva especie de híbridos - dijo Jack desabrochándose el pantalón.
-¡No! - exclamó la niña tratando de librarse de aquel hombre.
Un caballo refinó atrás de aquellos hombres, un hombre que emitía autoridad con su presencia se bajó del auto y tomó al que le decían Jack por el cuello de la camisa.
-¡Qué demonios hacen! - gritó el hombre - cerdos.
La niña miró perdidamente al hombre quien se agachó para acomodarle su destrozado vestido. La tomó en sus brazos y subió a su caballo.
-Señores - dijo el hombre - nos vemos en la organización.
La visión de la niña empezó a hacerse borrosa, muchas luces estaban a su alrededor,al igual que muchas personas. Hablaban acerca de una droga. La tenían acostada en alguna cosa, pensó que era una camilla.
-Jeringuilla - dijo la doctora iyectando una sustancia extraña que le empezó a arder por todo el cuerpo, sentía el líquido correr en sus venas - Listo, litium insertado.
Un grito desgarrador oyó la niña. Parecía tratarse de su madre llamándola desenfrenadamente, pero no lograba verla.
-¡Io! - gritó la voz femenina repetidas veces - ¡Io!
El sonido del despertador hizo que aquel sueño se alejara, iban a ser las cinco y media.
-Maldición - gruñó Io por lo bajo antes de levantarse.
Se puso su uniforme. Aquel vestido negro con líneas rojas, que le causaba una triste nostalgia.
Salió a la hora acordada, puntual, como siempre.
Allí estaban, Menfis y Shen, listos para partir. En cuestión de segundos salió Lorak.
Todos se miraron y tomaron sus sables y los colocaron en sus espaldas.
-Esta vez - inició Io abriendo la puerta - los aniquilaremos. Hasta que mi cuerpo quede sin sangre.
-Sí - dijo Shen - acabaran en la tierra, bajo nuestros pies donde deben estar.
Lorak y Menfis asintieron.
Los cuatro guerreros emprendieron su viaje a la laguna oculta. Aquellos nombrados como los llamados de la luz nocturna no sobrevivirían esta vez. No lo harían.
Alrededor de una mesa redonda estaban tres guerreros, cada uno mirando fijamente a los otros.
-¿Qué crees que pase? - preguntó Lorak. Una chica alta, de ojos verde caña, cabello corto; con un sable en su espalda - ¿Nos mandarán nuevamente tras los seres del Ojo Dorado?
-Quizás sea una opción - dijo Shen, un joven de cabello largo y negro - esos alienígenas... Los mataré a toda costa, lo juro.
-Estás hablando mucho Shen. Si mal no recuerdo uno de ellos te hizo la cicatriz que tienes en el ojo derecho y también a Lorak en su mejilla izquierda - dijo Menfis - No son fáciles de derrotar. Si no hubieramos tenido de nuestro lado a Io, tal vez hubieramos muerto.
-Todos sabemos que Io es la guerra tipo 1 - dijo Lorak levanándose y empezando a caminar. Desenvainó su espada y empezó a agitarla con destreza - por eso es la líder. Sin embargo, a veces piensa en solo ganar la batalla y no se da cuenta que en el combate hay más vidas en riegos.
-Lorak, estás siendo egoísta - dijo Menfis - si ella no hubiera detenido a la chica de ojo dorado, ya que casi te derrota con sus siete espectros, estuvieras en estos momentos bajo tierra.
-Creoq ue subestimamos a Io - dijo Shen - es realmente poderosa.
-Exacto - dijo Lorak - ¿De dónde saca tal poder? No he oído ninguna historia sobre ella. Cada uno de nosotros pasamos vidas terribles, una infancia desastroza, pero ella. Ella no tiene nada que contar.
-Sea cual sea su historia, es la mejor - dijo Menfis - y es mejor que estemos de su lado.
La puerta de la habitación se oyó abrirse.
Del umbral apareció una chica alta, de cabellera negra y larga, la piel blanquísima y ambos ojos azabaches. Su expresión era fría y silenciosa.
-Io - dijo Shen al ver a la chica.
-Ya tengo el informe de nuestra nueva misión - dijo Io poniendo una carpeta en el centro de la mesa.
-¿Dónde? - se limitó a decir Lorak.
-En la laguna oculta en las montañas de Yunasán - dijo Io - hay están ubicados los del Ojo Dorado.
-Esos dos rufianes - dijo Shen - los haremos papilla.
-No dos... Tres -aclaró Io - Uno de nuestros espías averiguó sobre la existencia de uno más, un hombre.
-¿Otro alienígena? - dijo Menfis con sarcasmo - ya nos hemos complicado mucho con la exitencia de dos.
-El informe dice que éste no está adiestrado, no sabe usar sus poderes y para mi lógica es un blanco fácil de derribar. El verdadero problema sería los otros dos - dijo Io.
-Io tiene razón, pero qué estrategia usaremos - dijo Menfis - esa chica fantasma le tengo un poquitín de miedito.
-¡Gallina! - dijo Lorak riendo - de esa me encargo yo. Tengo cuentas pendientes con esa fenómeno.
-¿Qué haremos con flashín? - dijo Shen - a ese no me molestaría darle su buena paliza.
-Tú y yo nos encargaremos del veloz, Shen - dijo Io - y Menfis, te encargo al novato.
-Bien - dijo Menfis.
-Partiremos mañana al alba - dijo Io retirándose de la habitación.
-Sigo diciendo que ese dicho está mal - recriminó Lorak - ¿quién fue el tonto que dijo "Al buen entendedor pocas palabras"? Yo a veces ni le entiendo a Io, parece esos cd's de instrcciones.
-Pues no es una chica de hablar mucho, pienso que ella es más de acción - dijo Shen - todo lo contrario a ti.
-Muy gracioso, eh, Shen - dijo Lorack golpeando la cabeza del pelinegro.
-¡Hey! Arruinas mi peinado - dijo Shen acomodandose su melena.
-Siempre pensé que nunca te peinabas - dijo Lorak - Iré a la cama, no quiero que Miss Number 1 me encuentre de malhumor.
-Quieras o no, siempre serás un ogro por las mañanas - dijo Shen riendo - y el resto de día - murmuró.
Lorak decidó ignorar lo último que había escuchado, se metió a su cuarto y cerró la puerta a golpe.
-Creo que la insultaste - dijo Menfis - Lorak parece el tipo de ruda.
-¡Qué va! - dijo Shen levantándose - vamos a ver como nos va en esta misión. Ojalá y nos vaya mejor que la vez pasada.
-Concuedo contigo - dijo Menfis.
Io estaba recostada en su cama, dormía silenciosamente, pero su mente estaba en una inquietud completa.
El momento se situaba en una cabaña en llamas. Gente corriendo de aquí para allá, huesos crugiendo en el suelo y el olor a carne carbonizada; era desesperante y espantoso.
Una niña estaba sentada al pie de un árbol, llorando. Nadie se percataba de ella y mucho menos intentaban salvarla, ya que todos, de alguna u otra forma, deseaban verla muerta, a aquel anómalo ser.
Los techos de las casa se colapsaban rápidamente y caían sobre las personas, quienes recogían sus pertenecias. Era horrible.
-Ayúdenme - murmuraba la niña entre jadeos.
Los gritos de las personas quemadas aumentaba cada vez más.
-Mamá, papá - murmuró la niña mirando los cadáveres de sus padres frente a ella.
La niña divisó con su ojo izquierdo de color azabache y su ojo derecho dorado, a una miltutud de personas extrañas con vestimentas negras y lineas rojas.
Pensó que eran rescatistas de una tribu cercana, pero no.
Al contrario, a los sobrevivientes le cortaban el cuello con un sable filoso y se aseguraban de que ninguna víctima saliera de allí con vida.
-Mira Jack - dijo uno de los hombres de negro a su compañero - ¿no es una ternura?
-Sí, Fred - dijo Jack mirando a la niña con malicia.
-¡Mamá!,¡Papá!¡Despierten! - gritó la niña agitando ambos cuerpos semi carbonizados.
Los dos hombres rieron a carcajadas.
-Papá, levántate, sálvame - se burló Jack - papito, ni mamita pueden hacer nada.
-Están muertos, lindura - dijo Fred cooperando con su compañero.
Se acercaron a la niña.
-¿por qué no te quitas la ropa? - dijo Jack sacudiendo el vestido manchado de sangre de la niña - Anda, haznos el favor.
La niña lloraba a gritos.
-¡Suéltame! - gritó la niña tratando de quitar las grandes manos de Jack.
Jack rió y empezó a desgarrar el vestido de la pequeña.
-¡No! - gritó ella empujándolo.
-Jack - intervino Fred al darse cuenta que no era un ser humano - es un ser del Ojo Dorado.
Jack lo miró hastiado.
-Entonces ella y yo formaremos una nueva especie de híbridos - dijo Jack desabrochándose el pantalón.
-¡No! - exclamó la niña tratando de librarse de aquel hombre.
Un caballo refinó atrás de aquellos hombres, un hombre que emitía autoridad con su presencia se bajó del auto y tomó al que le decían Jack por el cuello de la camisa.
-¡Qué demonios hacen! - gritó el hombre - cerdos.
La niña miró perdidamente al hombre quien se agachó para acomodarle su destrozado vestido. La tomó en sus brazos y subió a su caballo.
-Señores - dijo el hombre - nos vemos en la organización.
La visión de la niña empezó a hacerse borrosa, muchas luces estaban a su alrededor,al igual que muchas personas. Hablaban acerca de una droga. La tenían acostada en alguna cosa, pensó que era una camilla.
-Jeringuilla - dijo la doctora iyectando una sustancia extraña que le empezó a arder por todo el cuerpo, sentía el líquido correr en sus venas - Listo, litium insertado.
Un grito desgarrador oyó la niña. Parecía tratarse de su madre llamándola desenfrenadamente, pero no lograba verla.
-¡Io! - gritó la voz femenina repetidas veces - ¡Io!
El sonido del despertador hizo que aquel sueño se alejara, iban a ser las cinco y media.
-Maldición - gruñó Io por lo bajo antes de levantarse.
Se puso su uniforme. Aquel vestido negro con líneas rojas, que le causaba una triste nostalgia.
Salió a la hora acordada, puntual, como siempre.
Allí estaban, Menfis y Shen, listos para partir. En cuestión de segundos salió Lorak.
Todos se miraron y tomaron sus sables y los colocaron en sus espaldas.
-Esta vez - inició Io abriendo la puerta - los aniquilaremos. Hasta que mi cuerpo quede sin sangre.
-Sí - dijo Shen - acabaran en la tierra, bajo nuestros pies donde deben estar.
Lorak y Menfis asintieron.
Los cuatro guerreros emprendieron su viaje a la laguna oculta. Aquellos nombrados como los llamados de la luz nocturna no sobrevivirían esta vez. No lo harían.
lunes, 30 de enero de 2012
Capitulo 2
La laguna oculta
Arsen llegó a la aldea Guifel, allí dejó el caballo y entro a uno de los hoteles que había por allí.
El señor mayor que atendía la recepción lo miró de reojo. Sabía que era de esos seres que llamados los del "Ojo Dorado". Ya los había visto y, ciertamente, habitaban cerca de esa aldea.
-Buenas noches - saludó Arsen - quisiera una habitación, solo para esta noche.
El viejo regirstó algo en un papel y luego lu miró de arriba bajo.
-Al parecer andas perdido - comentó el anciano recostándose al pupitre.
-Ando en busca de los del Ojo Dorado - dijo Arsen.
-Los he visto - soltó el anciano poniéndose recto - cerca de aquí, tienen una pequeña cabaña cerca de la laguna oculta.
-¿Dónde es eso? - preguntó Arsen interesado.
-Camino abajo - dijo el señor - verás una vertiente tranquila y al pie una cabaña. Habitan dos de los llamados seres del Ojo Dorado.
-¿cuánto tiempo dura ese viaje? - preguntó Arsen acomodando su espada.
-A pie, una hora y media. A caballo, veinte minutos aproximadamente - contestó el viejo.
Arsen pensó en retirarse y seguir hasta esa extraña cabaña, pero decidió quedarse y partir al alba.
-Su habitación es la primera de la mano derecha, la cena será servida dentro de diez minutos - dijo el señor - ¡Mirta!
Arsen observó a la jovencita salir de una puerta trasera. Vestía un traje chocolate y su cabello rojizo estaba amarrado, desorganizadamente, en una cola.
-Dile a tu madre que vaya sirviendo la cena - ordenó el señor.
-Sí, papá - conestó la chica, observando con rareza a Arsen.
-Puede pasar - dijo el anciano entregándole una llave a Arsen - que goce su estadía, pronto le enviaremos un plato de comida.
Arsen asintió.
Entró a la habitación y se sentó en la silla puesta mirando a la ventana que daba a la calle principal. Miró detenidamente el medallón que la anciana le habia otorgado, parecía ser la luna llena.
Revisó en su brazo izquierdo y observo un lunar redondo y grisaseo que brillaba. Raramente alumbraba, solo brillaba en temporadas de luna llena.
-Hijos de Selene - murmuró Arsen para sí mismo.
De pronto, la pelirroja, hija dek dueño apareció con una bandeja de comida en sus manos.
-La cena - dijo ella sin quitar sus ojos verdes del muchacho.
-Gracias - dijo Arsen levantándose del asiento y cogiendo la bandeja.
La chica volteó para irrse, pero se detuvo frente al umbral de la puerta.
-¿Por qué os has venido? - pregunto Mirta - Nuestra aldea ya no necesita más de los de tu especie. - Seguido de eso cerró la puerta.
Era inevitable pensar que los seres humanos repugnavban a aquellos del Ojo Dorado, más sin embargo, preferían vivir rodeado de animales mortales a su alrededor; temiendo por sus vidas cada día, cada minuto y segundo que pasaba.
Arsen cerró los ojos.
"Ojo dorado... ese ojo es un simple estorbo" pensó Arsen molesto.
Al día siguiente, antes de que los primeros rayos de sol empezaran a salir, Arsen estaba listo para partir a aquella laguna misteriosa.
-Debes ir al sur, no más de dos millas de aquí - dijo el dueño del hotel dándole la dirección.
Arsen asintió.
-Discúlpeme señor - intervino Arsen - ¿Por qué le llaman la laguna oculta si saben su ubicación?
-Ningún ser humano ha vuelto de allí con vida - intervino Carla, la señora - solo aquellos seres llamados de la luz nocturna pueden sobrevivir esa travesía. O tal vez no.
-De todas formas - dijo Carl, el dueño - es mejor que tomes el sendero del árbol del crisol, llegarás más rápido.
-Muchas gracias - dijo Arsen.
El del ojo dorado caminó hacia donde su caballo estaba amarrado.
-Buen día Black - saludó Arsen al caballo.
El magnífico caballo negro agitó su larga melena azabache de un lado a otro, alegremente, al ver a su dueño.
-Ya, ya - tranquilizó Arsen dándole unas palmadas al animal - te desataré, nos iremos enseguida.
En un minuto ya estaba encima del caballo, como un ginete experto y en busca de una aventura.
-¡Jah! - exclamó Arsen pateando el costado del caballo.
El animal salió disparado en dirección al sur, donde se encontraría con aquella laguna oculta.
Los árboles eran grandes y forndosos, pero algunos estaban quemados y sin hojas. Arsen dedujo que debían ser los Indrios.
Los Indrios eran una especie de ave que lanzaba fuego por su pico, volaba a una velocidad impresionante y sus garras eran como el acero.
El verde pasto guiaba al árbol más grande de las primeras montañas de Yunasán, el árbol del crisol.
El caballo se detuvo bruscamente delante de un animal extraño. Un Diano.
Arsen miró de reojo al animal con dientes filos y con garras grandes y mortales.
Arsen se bajó de su caballo y desenvainó la espada para empezar su combate con aquel veroz animal.
-¿Qué esperas? - murmuró Arsen preparado para atacar.
El animal gruñó y se dispuso a correr hacia él.
Arsen de un solo tirón clavó su espada en el cuello del Diano, el animal se quejó por el dolor.
La sangre verde corría por la parte metálica de la espada de Arsen.
-¿Te apetese un Diano para desayunar, eh, Black? - preguntó Arsen a su caballo.
El animal se movió con intensión de atacar. Arsen enterró más su espada, con fuerza, dejando que el feroz Diano cayera inerte ante sus pies.
-Debemos estar alerta - dijo Arsen quitando su espada de la carne del Diano - esta zona parece una mina de Dianos.
Arsen tomó la correa del bosal y caminó halando al caballo. Faltaban menos de medio kilómentro para llegar al árbol del crisol, debía estar atento y en tierra podía actuar con mayor rapidez.
Un árbol gigantezco se puso frente a Arsen. Sus hojas eran amarillas y caían lentamente sobre el pasto. Era el árbol del crisol.
-Creo que debemos pasar por aquí - dijo Arsen.
Una luz brillante de color dorado emerguió entre las profundidades de los arbustos, pero se apagó al tocar la parte trasera del árbol.
Arsen dirigió su espada hacia el tronco.
-¡Lo que sea, salga de una buena vez! - gritó Arsen.
Una chica, increíblemente blanca de cabello gris apareció. Parecía una muñeca de porcelana, frágil y dulce, además tenía el ojo derecho dorado y el zquierdo verde oliva.
-¿Quién eres? - preguntó la chica del ojo dorado - ¿Eres uno de los nuestros?
-Mi nombre es Arsen Clotcher, vengo a buscar a los que le dicen llamados de la luz nocturna - dijo Arsen.
-Eres uno de nosotros - afirmó la chica - sígueme.
Arsen envainó su espada y siguió a la chica.
Entre el monte, los arbustos y los árboles llegaron a la orilla de una laguna y allí al pie, una cabaña de madera.
-Mi nombre es Jessie, luna creciente - dijo la chica - tú debes ser luna llena. Blake está pescando.
Arsen la siguió hasta que sus pies tocaron el agua cristalina de la laguna.
-Allí está - dijo Jessie señalando a un muchacho sentado en una roca con una caña de pescar en la mano. Él chico tenía el cabello gris y su piel, al igual que la chica, era realmente blanca - ¡Blake!
El chico miró a su emisor y sonrió. Bajó de la roca y corrió en dirección a ellos.
-Has encontrado a otro - dijo Blake - soy Blake, luna menguante.
-Arsen... - dijo.
-Luna llena - intervino Jessie.
-Estás huyendo? - preguntó Blake.
-¿Por qué lo haría? - cuestionó Arsen.
-No lo sabe - dijo Jessie - no sabe.
-¿Qué no sé? - preguntó Arsen.
-¿Por qué no entramos, tomamos una taza de té y te decimos? - sugirió Blake.
-Suena bien - sonrió Jessie - anoche corté hojas de planta de limón.
-Ven - dijo Blake.
Todos entraron a la cabaña, había cuatro camas, una cocina. Se sentaron en las bancas del comedor.
-Haré el té - dijo Jessie yendo a la cocina.
-Dime - dijo Arsen - ¿qué es lo que debo saber?
Blake hizo una pausa antes de comenzar.
-Hay una organización situada en el centro del bosque de Jionil. Poseen guerreros poderosos llamados "Ghost Killers" - contó Blake - su objetivo no es solo derribar a las feroces bestias de los cuatros sectores, sino acabar con nuestra especie.
-¿Están entrenados para acecinarnos? - cuestionó Arsen.
-Desde la tercera guerra mundial, esta organización llamada "Zonic" ha entrenado desde pequeños a un tipo de guerreros para acecinarnos, son personas poco comunes. Su genes naturales son de seres humanos, pero en el entrenamiento se le inyectan una sustancia llamada Litium de la sangre de Indrios Y Dianos, una especie de droga para hacerlos mortales.
-¿Por qué nos quieren acecinar? - preguntó Arsen.
-Porque la concepción de una nueva especie es el temor de los seres humanos, piensan que nosotros hemos venido a robar su planeta y a matarlos.- conestó Blake - Lo peor es que, Jessie y yo hemos localizado la presencia de luna nueva.
-¿Pensé que estaría aquí? - dijo Arsen.
-Luna nueva, conocida como Io, es la líder de los "Ghost Killers" - dijo Arsen - la cuestión es que su apariencia física no lo demuestra. Está camuflada.
-¿Entonces? - insistió Arsen - ¿qué pretendemos hacer?
-Ocultarnos - dijo Jessie poniendo las tazas de té en la mesa y sentándose - Son demasiado poderosos.
-Le he dicho a Jessie que si te encontrabamos podríamos ser un objetivos más fuerte - dijo Blake - los poderes de las cuatro fases lunares son poderosas, cada uno tiene un don.
Arsen se sobresaltó, acababa de escuchar algo que nunca se le hubiera ocurrido.
-Veo que aun desconoces de tus habilidades - dijo Jessie tomando un sorbo de su té - el ojo dorado brilla cuando tus poderes están activados, si no lo hace es porque estan desactivados.
-¿Quiere decir, qué poseemos habilidades extraordinarias? - preguntó Arsen.
-No solo extraodinarias, sino únicas en cada uno - dijo Blake - mi habilidad, por ejemplo, es la velocidad. Mis piernas pueden correr a la velocidad de la luz.
-Mi habilidad - dijo Jessie - es multiplicarme, hacer varias ilusiones de mí misma.
-¿Y la de... Io? - preguntó Arsen.
-Hemos combatido contra ella una sola vez... Desconocemos su habilidad, es demasiado fuerte que ni siquiera activa su poder - dijo Jessie.
-Si quieres unirtenos, está bien - dijo Blake - nos serviría tener a uno de los más poderosos.
-¿A qué te refieres? - dijo Arsen.
-Luna nueva y luna llena - inició Jessie - son las fases más poderosas. Luna creciente y luna menguante son mediadores.
-Mañana probaremos tu poder yque capaz eres de contrar tus límites - dijo Blake.
-¿Quieres formar parte de esto? - preguntó Jessie.
Arsen lo pensó. De todas formas estaba con los suyos.
-Sí - contestó Arsen - Pero hay algo que no entiendo.
-¿Qué? - dijo Blake.
-Si tanto nos quieres ver muertos, ¿por qué no matan a Io? Ella también es un ser de ojo dorado - dijo Arsen.
Jessie y Blake se miraro entre ellos. No sabían la respuesta de aquella pregunta y era un misterio, macabro y abrumador.
Arsen llegó a la aldea Guifel, allí dejó el caballo y entro a uno de los hoteles que había por allí.
El señor mayor que atendía la recepción lo miró de reojo. Sabía que era de esos seres que llamados los del "Ojo Dorado". Ya los había visto y, ciertamente, habitaban cerca de esa aldea.
-Buenas noches - saludó Arsen - quisiera una habitación, solo para esta noche.
El viejo regirstó algo en un papel y luego lu miró de arriba bajo.
-Al parecer andas perdido - comentó el anciano recostándose al pupitre.
-Ando en busca de los del Ojo Dorado - dijo Arsen.
-Los he visto - soltó el anciano poniéndose recto - cerca de aquí, tienen una pequeña cabaña cerca de la laguna oculta.
-¿Dónde es eso? - preguntó Arsen interesado.
-Camino abajo - dijo el señor - verás una vertiente tranquila y al pie una cabaña. Habitan dos de los llamados seres del Ojo Dorado.
-¿cuánto tiempo dura ese viaje? - preguntó Arsen acomodando su espada.
-A pie, una hora y media. A caballo, veinte minutos aproximadamente - contestó el viejo.
Arsen pensó en retirarse y seguir hasta esa extraña cabaña, pero decidió quedarse y partir al alba.
-Su habitación es la primera de la mano derecha, la cena será servida dentro de diez minutos - dijo el señor - ¡Mirta!
Arsen observó a la jovencita salir de una puerta trasera. Vestía un traje chocolate y su cabello rojizo estaba amarrado, desorganizadamente, en una cola.
-Dile a tu madre que vaya sirviendo la cena - ordenó el señor.
-Sí, papá - conestó la chica, observando con rareza a Arsen.
-Puede pasar - dijo el anciano entregándole una llave a Arsen - que goce su estadía, pronto le enviaremos un plato de comida.
Arsen asintió.
Entró a la habitación y se sentó en la silla puesta mirando a la ventana que daba a la calle principal. Miró detenidamente el medallón que la anciana le habia otorgado, parecía ser la luna llena.
Revisó en su brazo izquierdo y observo un lunar redondo y grisaseo que brillaba. Raramente alumbraba, solo brillaba en temporadas de luna llena.
-Hijos de Selene - murmuró Arsen para sí mismo.
De pronto, la pelirroja, hija dek dueño apareció con una bandeja de comida en sus manos.
-La cena - dijo ella sin quitar sus ojos verdes del muchacho.
-Gracias - dijo Arsen levantándose del asiento y cogiendo la bandeja.
La chica volteó para irrse, pero se detuvo frente al umbral de la puerta.
-¿Por qué os has venido? - pregunto Mirta - Nuestra aldea ya no necesita más de los de tu especie. - Seguido de eso cerró la puerta.
Era inevitable pensar que los seres humanos repugnavban a aquellos del Ojo Dorado, más sin embargo, preferían vivir rodeado de animales mortales a su alrededor; temiendo por sus vidas cada día, cada minuto y segundo que pasaba.
Arsen cerró los ojos.
"Ojo dorado... ese ojo es un simple estorbo" pensó Arsen molesto.
Al día siguiente, antes de que los primeros rayos de sol empezaran a salir, Arsen estaba listo para partir a aquella laguna misteriosa.
-Debes ir al sur, no más de dos millas de aquí - dijo el dueño del hotel dándole la dirección.
Arsen asintió.
-Discúlpeme señor - intervino Arsen - ¿Por qué le llaman la laguna oculta si saben su ubicación?
-Ningún ser humano ha vuelto de allí con vida - intervino Carla, la señora - solo aquellos seres llamados de la luz nocturna pueden sobrevivir esa travesía. O tal vez no.
-De todas formas - dijo Carl, el dueño - es mejor que tomes el sendero del árbol del crisol, llegarás más rápido.
-Muchas gracias - dijo Arsen.
El del ojo dorado caminó hacia donde su caballo estaba amarrado.
-Buen día Black - saludó Arsen al caballo.
El magnífico caballo negro agitó su larga melena azabache de un lado a otro, alegremente, al ver a su dueño.
-Ya, ya - tranquilizó Arsen dándole unas palmadas al animal - te desataré, nos iremos enseguida.
En un minuto ya estaba encima del caballo, como un ginete experto y en busca de una aventura.
-¡Jah! - exclamó Arsen pateando el costado del caballo.
El animal salió disparado en dirección al sur, donde se encontraría con aquella laguna oculta.
Los árboles eran grandes y forndosos, pero algunos estaban quemados y sin hojas. Arsen dedujo que debían ser los Indrios.
Los Indrios eran una especie de ave que lanzaba fuego por su pico, volaba a una velocidad impresionante y sus garras eran como el acero.
El verde pasto guiaba al árbol más grande de las primeras montañas de Yunasán, el árbol del crisol.
El caballo se detuvo bruscamente delante de un animal extraño. Un Diano.
Arsen miró de reojo al animal con dientes filos y con garras grandes y mortales.
Arsen se bajó de su caballo y desenvainó la espada para empezar su combate con aquel veroz animal.
-¿Qué esperas? - murmuró Arsen preparado para atacar.
El animal gruñó y se dispuso a correr hacia él.
Arsen de un solo tirón clavó su espada en el cuello del Diano, el animal se quejó por el dolor.
La sangre verde corría por la parte metálica de la espada de Arsen.
-¿Te apetese un Diano para desayunar, eh, Black? - preguntó Arsen a su caballo.
El animal se movió con intensión de atacar. Arsen enterró más su espada, con fuerza, dejando que el feroz Diano cayera inerte ante sus pies.
-Debemos estar alerta - dijo Arsen quitando su espada de la carne del Diano - esta zona parece una mina de Dianos.
Arsen tomó la correa del bosal y caminó halando al caballo. Faltaban menos de medio kilómentro para llegar al árbol del crisol, debía estar atento y en tierra podía actuar con mayor rapidez.
Un árbol gigantezco se puso frente a Arsen. Sus hojas eran amarillas y caían lentamente sobre el pasto. Era el árbol del crisol.
-Creo que debemos pasar por aquí - dijo Arsen.
Una luz brillante de color dorado emerguió entre las profundidades de los arbustos, pero se apagó al tocar la parte trasera del árbol.
Arsen dirigió su espada hacia el tronco.
-¡Lo que sea, salga de una buena vez! - gritó Arsen.
Una chica, increíblemente blanca de cabello gris apareció. Parecía una muñeca de porcelana, frágil y dulce, además tenía el ojo derecho dorado y el zquierdo verde oliva.
-¿Quién eres? - preguntó la chica del ojo dorado - ¿Eres uno de los nuestros?
-Mi nombre es Arsen Clotcher, vengo a buscar a los que le dicen llamados de la luz nocturna - dijo Arsen.
-Eres uno de nosotros - afirmó la chica - sígueme.
Arsen envainó su espada y siguió a la chica.
Entre el monte, los arbustos y los árboles llegaron a la orilla de una laguna y allí al pie, una cabaña de madera.
-Mi nombre es Jessie, luna creciente - dijo la chica - tú debes ser luna llena. Blake está pescando.
Arsen la siguió hasta que sus pies tocaron el agua cristalina de la laguna.
-Allí está - dijo Jessie señalando a un muchacho sentado en una roca con una caña de pescar en la mano. Él chico tenía el cabello gris y su piel, al igual que la chica, era realmente blanca - ¡Blake!
El chico miró a su emisor y sonrió. Bajó de la roca y corrió en dirección a ellos.
-Has encontrado a otro - dijo Blake - soy Blake, luna menguante.
-Arsen... - dijo.
-Luna llena - intervino Jessie.
-Estás huyendo? - preguntó Blake.
-¿Por qué lo haría? - cuestionó Arsen.
-No lo sabe - dijo Jessie - no sabe.
-¿Qué no sé? - preguntó Arsen.
-¿Por qué no entramos, tomamos una taza de té y te decimos? - sugirió Blake.
-Suena bien - sonrió Jessie - anoche corté hojas de planta de limón.
-Ven - dijo Blake.
Todos entraron a la cabaña, había cuatro camas, una cocina. Se sentaron en las bancas del comedor.
-Haré el té - dijo Jessie yendo a la cocina.
-Dime - dijo Arsen - ¿qué es lo que debo saber?
Blake hizo una pausa antes de comenzar.
-Hay una organización situada en el centro del bosque de Jionil. Poseen guerreros poderosos llamados "Ghost Killers" - contó Blake - su objetivo no es solo derribar a las feroces bestias de los cuatros sectores, sino acabar con nuestra especie.
-¿Están entrenados para acecinarnos? - cuestionó Arsen.
-Desde la tercera guerra mundial, esta organización llamada "Zonic" ha entrenado desde pequeños a un tipo de guerreros para acecinarnos, son personas poco comunes. Su genes naturales son de seres humanos, pero en el entrenamiento se le inyectan una sustancia llamada Litium de la sangre de Indrios Y Dianos, una especie de droga para hacerlos mortales.
-¿Por qué nos quieren acecinar? - preguntó Arsen.
-Porque la concepción de una nueva especie es el temor de los seres humanos, piensan que nosotros hemos venido a robar su planeta y a matarlos.- conestó Blake - Lo peor es que, Jessie y yo hemos localizado la presencia de luna nueva.
-¿Pensé que estaría aquí? - dijo Arsen.
-Luna nueva, conocida como Io, es la líder de los "Ghost Killers" - dijo Arsen - la cuestión es que su apariencia física no lo demuestra. Está camuflada.
-¿Entonces? - insistió Arsen - ¿qué pretendemos hacer?
-Ocultarnos - dijo Jessie poniendo las tazas de té en la mesa y sentándose - Son demasiado poderosos.
-Le he dicho a Jessie que si te encontrabamos podríamos ser un objetivos más fuerte - dijo Blake - los poderes de las cuatro fases lunares son poderosas, cada uno tiene un don.
Arsen se sobresaltó, acababa de escuchar algo que nunca se le hubiera ocurrido.
-Veo que aun desconoces de tus habilidades - dijo Jessie tomando un sorbo de su té - el ojo dorado brilla cuando tus poderes están activados, si no lo hace es porque estan desactivados.
-¿Quiere decir, qué poseemos habilidades extraordinarias? - preguntó Arsen.
-No solo extraodinarias, sino únicas en cada uno - dijo Blake - mi habilidad, por ejemplo, es la velocidad. Mis piernas pueden correr a la velocidad de la luz.
-Mi habilidad - dijo Jessie - es multiplicarme, hacer varias ilusiones de mí misma.
-¿Y la de... Io? - preguntó Arsen.
-Hemos combatido contra ella una sola vez... Desconocemos su habilidad, es demasiado fuerte que ni siquiera activa su poder - dijo Jessie.
-Si quieres unirtenos, está bien - dijo Blake - nos serviría tener a uno de los más poderosos.
-¿A qué te refieres? - dijo Arsen.
-Luna nueva y luna llena - inició Jessie - son las fases más poderosas. Luna creciente y luna menguante son mediadores.
-Mañana probaremos tu poder yque capaz eres de contrar tus límites - dijo Blake.
-¿Quieres formar parte de esto? - preguntó Jessie.
Arsen lo pensó. De todas formas estaba con los suyos.
-Sí - contestó Arsen - Pero hay algo que no entiendo.
-¿Qué? - dijo Blake.
-Si tanto nos quieres ver muertos, ¿por qué no matan a Io? Ella también es un ser de ojo dorado - dijo Arsen.
Jessie y Blake se miraro entre ellos. No sabían la respuesta de aquella pregunta y era un misterio, macabro y abrumador.
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