Descripción

Muchas historias acerca una especie extinta de seres
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".

jueves, 2 de febrero de 2012

Capítulo 8

El encuentro [Primera parte]

La brisa soplaba fríamente.
Io fue la primera en divisar la cabaña de la laguna oculta, miró a sus compañeros y bajó del caballo.
Era de madrugada, iba a amanecer muy pronto.
-Aquí es - dijo Io.
-¿Sabrán que estamos aquí? - preguntó Shen susurrando.
Io miró el horizonte y sonrió para sí misma.
-No hay necesidad de que se oculten - dijo Io con una sonrisa en los labios.
Sus compañeros la miraron sorprendidos.
A lo lejos una silueta apareción, estaba escondida detrás de la cabaña.
Tenía el cabello larguísimo y grisáceo, su blancura era sobresaliente en el ambiente oscuro y a lo lejos, lo que más se notaba, un resplandor amarillo de su ojo derecho.
La chica extendió sus brazos y de inmediato aparecieron siete espectros al lado de la chica, todas caminando lentamente hacia los guerreros.
Lorak miró con desdén a la chica del ojo dorado.
-¿Puedo atacar ya, líder? - preguntó Lorak desenvainando su espada.
-Espera - dijo Io - atrás suyo, Shen y Menfis - dijo sin voltear a ver a sus espaldas.
Shen y Menfis miraron hacia atrás. Blake estaba allí apuntándolos con su sable.
-Falta uno - dijo Io sonriendo un poco. Sacó su espada de la vaina y lo apuntó hacia su lado derecho, donde precisamente estaba aproximándose Arsen - Luna llena.
Arsen tenía su espada en la mano listo para atacar.
-Ya, Lorak - dijo Io en un tono suave de voz.
Esa era la señal para que Lorak empezara a atacar a la chica de los siete espectros. Shen y Menfis empezaron a intercambiar ataques con Blake.
Io agitó su espada con destreza y empezó a caminar lentamente hacia Arsen.
Arsen la miró escandalizado. Ella a diferencia de él, parecía tan calmada. Y también pudo confirmar que, a simple vista, no parecía un ser del Ojo Dorado.
-Aquel digno de hacer el rayo de Zeus - dijo con voz ronca - terminará con el filo de mi espada en su corazón. Tú y yo tenemos cuentas pendientes.
El ojo derecho de Io dejó de ser negro para tornarse dorado.
Arsen abrió los ojos, como dos platos de sopa.
Recordaba haberla visto, en el filo de una espada.
-Eres la niña del jinete - dijo Arsen sin bajar la guardia - la silueta reflejada en la hoja de la espada.
Io alzó su espada en dirección a Arsen y sonrió.
-Tu ironía me resulta graciosa - dijo Io- expresarte así de aquella situación tan triste con semejante libertinaje. No eres nada para hablar así del maestro Danzel.
Arsen la miró a los ojos, sintió perderse en el leve resplandor dorado del ojo derecho de Io.
Observó lo ocurrido esa noche, sintió dolor aunque Io no lo hubiera tocado.
-Siente ese sable atravesar tu abdomen - dijo Io entrecerrando los ojos.
Arsen hizo una mueca de dolor y cayó al suelo.
-¡Arsen! - gritó Jessie desviando la mirada y desconcentrando su espada de rayo.
-¡Hey! - dijo Lorak atacando. Jessie se defendió y haciendo rechinar la hoja de su espada deteniendo lo que pudo ser un ataque inesperado.
-¡Activa tu poder! - exclamó Jessie - está indagando en tus recuerdos. Te causa dolor.
-¿Qué? - dijo Arsen casi mudo por el agonizante dolor en su torso.
-Ella controla tu energía - dijo Jessie sin dejar de mirar su espada - revierte tu poder en tu contra. ¡Ese es su poder! Sabe lo que harás. Utiliza el instinto propio de la energía y la domina.
-Impresionante - dijo Io - aunque innecesario. Siente el dolor de ver la sangre correr de un ser amado frente a tus ojos. Experiméntalo.
-¡Hermano! - exclamó por fin Arsen.
-¿Hermano? - dijo Io sonriendo abiertamente. Había encontrado la debilidad de su oponente sin esforzarse mucho -Doloroso ver como tu hermano menor es acuchillado por unos mercenarios, vulgares ladrones. Siente su dolor, siente esa punzada en el estómago, clavado con fuerza, siente esa sangre correr.
Arsen gritó de pánico y dolor.
-¡Para! - gritó agarrando su cabeza tratando de alejar esa escena, su estómago empezó a doler; un dolor idescriptible.
-¡Arsen, controla tu propio cuerpo! - gritó Blake - estás dejando que ella gobierne tu organismo.
-Tonto - rió levemente Io - pensé que iba a tener un poco más de diversión tratándose de luna llena, pero me equivoqué. Eres fácil de matar.
Arsen no quizo darse por vencido sin siquiera haber luchado.
Arsen cerró los ojos, sintió como Io manipulaba a su antojo su interior. Al abrirlos su transformación se completó.
Se levantó con dificultad, pero sostuvo la posción de batalla.
Io lo miró y sonrió. Ella agitó el sable y apuntó hacia Arsen.
Arsen sintió que ella se alejaba de su organismo y se concentraba en otra cosa. No sabía que era y tampoco que estaría tramando.
Io corrió hacia él atacándolo con su espada. Arsen se defendió.
Sus espadas rechinaron al hacer contacto.
En esa batalla estaría en juego el nombre de sus antepasados: Mamá, papá, maestro.
Arsen no olvidó el rostro de aquel niño pelinegro. La familia campestre que lo había adoptado hace más de sesenta años tenía un hijo llamado Arthur, el unigénito. Hermano.
Io aumentó su poder.
Comenzaron a hacer los movimientos de la espada de rayo, cada uno dispuesto a ganar la batalla, aunque eso les costara la vida.
Sus ojos se tiñeron, de forma metafórica, de rojo sangre. La ira de ambos era algo que no se podía explicar. Deseaban matarse, ver la sangre que pagaba por las vidas que les fueron arrebatadas.
Io logró hacerle un razguño en el brazo derecho a Arsen.
Él miró la herida y luego continuó la batalla.
Jessie estaba tratando de que su energía no sobrepasara el límite. Aquella tal Lorak estaba atacando con mucha más fuerza y determinación que la última vez que se habían visto.
Lorak había identificado los siete espectros y dedujo, acertadamente, el octavo y real.
El filo de la espada de Lorak rozó sobre el abdomen de Jessie manchando con sangre el vestido blanco que llevaba.
Sin embargo, Jessie omitió el dolor de la cortada y siguió peleando.
Así mismo estaba Blake, acorralado, con dos Ghost Killers atacándolo en diversas direcciones.
Querima estaba oculta en unos arbustos con sus dos compañeros viendo la contienda. Por ahora no había razón para intervenir, cada pelea estaba muy bien sobrellevada por los dos equipos, es decir, que aquella guerra pintaba ser agotadora y larga.
-Quedaos quietos - ordenó Querima viendo a Io pelear contra Arsen. Ambos estaban cortados en algunas partes y luchaban con vigor y maestría.
Sin duda, aquel llamado Luna llena era realmente sorprendente; tanto así que Io ya no ocultaba su ojo dorado, es más, estaba empezando a irradiar una luz anaranjada de su cuerpo.
-Luna llena, Luna nueva - dijo Querima sin quitarle la vista de encima a los dos seres del ojo dorado batallar entre ellos.
El ojo derecho, el único visible, de Querima tenía un resplandor azulado.
Tarde o temprano ella tendría que intervenir.
"Luna llena o Luna nueva" pensó Querima "¿Quién será el primero en caer?".

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