Descripción

Muchas historias acerca una especie extinta de seres
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".

viernes, 10 de febrero de 2012

Capítulo 12

Io agitaba su espada en todas las direcciones. Oía la risa de Querima, pero no podía verla.
-Eres una farsa - dijo Querima - eres débil.
Io miró a todas partes.
-Tú eres la débil. Te escondes de mi, porque sabes que no puedes - dijo Io mirando a Arsen y los demás que ya estaban empezando a destruir toda muestra de sangre y otras cosas en el laboratorio.
-Tu poder es inferior. Deja de ser tan presumida y acéptalo - dijo Querima entre risas.
Io no podía usar su poder contra ella, necesitaba verla para poder entrar en su mente, si no lo hacía, era imposible.
-¿Por qué no te vuelves visible y peleas cara a cara? - preguntó Io - viendo la situación, podríamos quedarnos toda una eternidad. Aun me falta más de un siglo de vida, no sería problema.
Querima odiaba la arrogancia de Io y también que presumiera y subestimara las habilidades de los demás. Querima se volvió visible nuevamente.
-Esta vez sé valiente y pelea cara a cara - dijo Io alzando el sable en dirección a Querima, quien fue la primera en atacar. Io se defendió rápidamente y atacó a Querima, le hizo una cortada en el brazo izquierdo.
Arsen y los demás ya habían destruido por completo el laboratorio.
-¿Dónde está Iván? - preguntó Arsen.
-En su oficina - dijo Lorak - pero no es recomendable que vayan.
-¿Por qué no? - preguntó Jessie - debemos matar tiempo, sino no podremos salir de aquí a tiempo.
-No podrán matarlo - intervino Shen - la única que cosa que puede matarlo es el esperimento que Danzel Brooke creó...
Arsen lo miró asustado.
-Io...
Todos se miraron entre sí.
-Entonces... ¿Io morirá? - preguntó Arsen observando la reñida pelea entre Querima y la del Ojo Dorado.
-Es una posibilidad - contestó Menfis - Pero puedo asegurar que nadie a podido derrotar a Io desde que ingresó a la organización. Y... Iván, casi hermano de Io, a recibido la misma estrcita metodología que solo el maestro Danzel daba. Así, que no es cosa segura.
El sonido de las espadas de Querima e Io rechinaron sacando a todos de sus pensamientos.
Io hizo un movimiento que hizo que Queirma cayera al suelo y la espada de Io se situara en el cuello de la peliroja.
-No te mataré - dijo Io apartando su sable de Querima.
Io se dispuso a ir donde Iván.
-Maldita... - murmuró Querima para sí. Se levantó y corrió en dirección a Io con su espada apuntando hacia la del Ojo Dorado.
Io sintió la presencia de un extraño poder y giró su cuerpo y su espada cortó la cabeza de Querima la cual salió rodando.
-Perdoné tu vida - susurró Io - amiga mía.
Lorak dejó caer su sable y miró incredula la escena.
-Querima... ha muerto - dijo Lorak con voz ahogada.
Io miró hacia sus colegas.
-¿Qué esperan? - preguntó Io - pronto vendrán los uniformados, tienen que irse.
Arsen puso un paso al frente.
-Dejaré que continuen sin mí - advirtió Arsen - Hoy pagaré una deuda pendiente.
Arsen enfocó su vista hacia Io.
-Por favor salgan de aquí - dijo Arsen - rápido.
Jessie asintió.
-Promete que saldrán con vida - dijo Jessie.
-Lo prometo - aseguró Arsen.
-Vamos - apresuró Lorak.
Blake, Jessie y los demás corrieron hacia la salida para intentar que los guardaias no intervinieran en aquella batalla que era inevitable detener.
-Saldré mi cuenta pendiente - dijo Arsen a Io.
-No tienes que hacerlo - dijo Io con autosuficiencia - puedes salvarte a ti mismo, no es necesario que intentes arriesgar tu vida en vano.
-No en vano. Si mueres, aquel ángel que ha cuidado durante tantos años de esas pesadillas de muerte y persecusión también se irá y no quiero eso - dijo Arsen.
-No me veas como un ángel - dijo Io - la niña que viste hace tantos años desapareció, solo tratada de terminar con ese sufrimiento que tanto le lastima.
-Pues si así lo quieres, por qué no morirmos juntos - dijo Arsen - me reuso a perderte.
-Tu mente te engaña - dijo Io - pero si quieres morir, no te detendré.
Io comenzó su caminata hacia la oficina de Iván. Arsen le seguía el paso.
Io caminó por aquellos pasillos a las que siempre le había llamado hogar y ver al ser a quien siempre había nombrado hermano con una espada en la mano y con un corazón manchado y oscuro por el rencor y la envidia.
-Por fin nuestro encuentro llegó - dijo Iván observando a su hermanastra frente a él.

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