Descripción

Muchas historias acerca una especie extinta de seres
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".

domingo, 5 de febrero de 2012

Capitulo 10

Querima dejó caer a Io al piso, ésta sonrió al ver a su competencia tirada en el suelo.
-Siempre soñé con verte así, a la famosa guerra tipo 1 - dijo Querima con satisfacción - Ver a la enigmática Io derrotada.
Io sintió una leve lástima por Querima, aquella en quien había confiado durante muchos años, ahora la traicionaba y trataba de ponerse a su altura.
-Nunca seré derrotada - dijo Io mirándola - no por ti.
La abierta sonrisa de Querima se esfumó.
-Guardias, enciérrenla en el calaboso - dijo Querima - hasta nueva orden.
Io fue llevada al calaboso, desatada de sus esposas y encerrada en una habitación cuya puerta de seguridad era hecha de acero y su cerradura fabricada con una programación avanzada, original de Zonic.
Io se transformó tratando de salir de allí, pero fue inútil.
No había notado que en la misma habitación estaban Blake y Jessie mirándola con una expresión neutra en sus rostros.
Io los miró con furia, su ojo dorado ya no estaba oculto.
-Ustedes - recriminó Io - ustedes debieron morir.
-Pues mala suerte la tuya - dijo Blake con desgano - Según las circunstancias, necesitas de nosotros y nosotros de ti.
-Mirad lo que dicen, son débiles- dijo Io.
-Sea lo que sea, tú también eres un ser del ojo dorado - dijo Jessie - no nos trates diferentes a ti.
-La nación estallará una guerra, peor que la guerra nuclear de hace más de tres milenios - dijo Io - No se crean la gran cosa. Nos usarán como experimentos y luego de ver resultados efectivos nos matarán. Hubiera preferido morir en combate que ser asesinada siendo una herramienta para tan malvado plan.
-Pues no nos queda otra opción - dijo Blake - más que hacer lo que nos manden.
-Aunque sea una locura - dijo Io - podemos utilizar a Arsen para esto. No crean que lo estoy haciendo por buena voluntad, pero ya no sirvo a esta organización. Pelearé junto a ustedes esta vez.
Jessie la miró.
-Somos tus hermanos - dijo Jessie mirándola a los ojos.
-Mi familia murió hace mucho y mi maestro, que era como mi padre, fue asesinado por un ser del Ojo Dorado, Luna llena - dijo Io calmadamente - no soy hermana de ninguno de ustedes. Una simple socia de momento, tal vez.
-No negaremos tus peticiones - dijo Jessie acercándose a Io - ¿cuál es tu plan?
Io la miró y sonrió.

Arsen fue llevado a un laboratorio donde extraerían una gran cantidad de sangre antes de enviarlo donde sus hermanos. Según el plan de Iván. Si luna llena estaba anémico, las probabilidades de un escape sería una en un millón.
-Doctora St. Cloud proceda - ordenó Iván.
La doctora asintió.
Arsen estaba amarrado a una camilla y estaba siendo anesteciado por vía respiratoria.
-Se está tranquilizando - dijo la doctora visualizando a Arsen. Está extrajo más de siete tubos de sangre y los metió en un refigerante antes de retirarse - Listo.
-Es grandioso ver cómo se desarrolla tu venganza - inició Iván caminando hacia Arsen - Y ver cuanto sufre tu enemigo. - Iván se acercó al rostro adormecido de Arsen y le dijo bajo, pero claramente - Pagarás tus pecados en tierra, no volverás a ver a tus hermanos. Sufrirás tanto como yo sufrí y allí sonreiré al verte por fin muerto ante mis pies. Y sobre tu querida hermana menor, Luna nueva, padecerá un sufrimiento igual o peor al tuyo. Eso tenlo por seguro.


-Tarde o temprano lo traerán - finalizó Io - tal vez anémico y débil, pero nos servirá como señuelo para salir de esta prisión.
-Io tiene razón - aceptó Jessie - sería la carnada mientras nosotros combatimos con los guardias. No nos queda de otra.
-¿Y luego qué? - preguntó Blake - Si escapamos, no detendremos la revelión de Zonic. Pronto se sabrá el increíble poder que Iván tiene entre manos y lo usará para que cunda el pánico en los sectores. Existirá una nueva especie, mutaciones.
-Blake tiene razón - dijo Jessie - debemos detenerlo antes de que eso ocurra.
-No hay tiempo - dijo Io - Iván tiene todo planeado. Lo conozco bien.
-Pero... - reclamó Jessie.
-Sin embargo - dijo Io - puedo encargarme de él en persona. Mientras que ustedes se encargan del laboratorio y tratan de escapar.
-¿Pero qué pasará contigo? - preguntó Jessie levantándose - No te dejaremos aquí.
-Antes dije que moriría peleando - dijo Io con una sonrisa en los labios - al parecer mi promesa se cumplirá.
-No lo permitiré - dijo Jessie - no dejaré que mueras. Quieras o no, eres nuestra hermana. La menor.
-Pues no me queda de otra - dijo Io desviando la mirada - si no hay alguien que detenga a Iván, todos moriremos. Estoy dispuesta a sacrificarme.
-Tiene que haber otra salida - insistió Jessie.
Un ruido hizo que todos observaran la puerta de acero.
-Es hora - dijo Io activando su poder - yo me encargo del guardia mientras ustedes liberan a Arsen.
Blake y Jessie asintieron.
La puerta se abrió.
Aparecieron en escena Arsen con dos guarudas sosteniéndolo.
Io los miró fijamente haciendo que ambos cayeran y se retorcieran de dolor en el suelo.
Io corrió y tomó un sable cercano a ella.
-Rápido - apresuró Io - no perdamos tiempo. La alarma interna se acaba de activar.


Querima entró a la oficina principal a paso ligero.
Allí estaba Iván observando su computadora y tecleando algunos dígitos en ella.
-¡Iván! - dijo Querima con voz agitada - ¡Han escapado!
-¡Qué! ¡Cómo! - preguntó Iván alterándose y caminado hacia Querima - ¡Cómo han logrado escapar! Te he dejado a cargo de esta operación y mira como está saliendo.
Iván empezó a caminar en círculos tratando de pensar rápido en un plan para detener aquella fuga.
Luego miró a Querima.
-Toma tu sable - dijo Iván - Si tú no logras detenerlos, te aseguro que tu cabeza saldrá rodando de esta oficina.
Querima asintió.
-Iré enseguida - dijo Querima retirándose velozmente.
Iván golpeó su escritorio.
-¡Maldita sea! - maldijo mientras trataba de analizar la situación. Su vista azulada se enfocó en el sable cercano a él - Io... Sin duda fuiste tú.
Iván tomó en sus manos el sable y lo desenvainó.
-Pagarás Io - dijo Iván mirando la puerta de su oficina - Juro que me las pagarás.

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