Descripción

Muchas historias acerca una especie extinta de seres
sobrenaturales moreodeaba por los oídos de las poblaciones de los cuatro
sectores: las llanuras de Contoy, las montañas de Yunasán,el bosque de Jionil y
las cosas de Siepre. Les decían "Los llamados de la luz noctura" o "Los del ojo dorado".

martes, 31 de enero de 2012

Capítulo 3

La misión

Alrededor de una mesa redonda estaban tres guerreros, cada uno mirando fijamente a los otros.
-¿Qué crees que pase? - preguntó Lorak. Una chica alta, de ojos verde caña, cabello corto; con un sable en su espalda - ¿Nos mandarán nuevamente tras los seres del Ojo Dorado?
-Quizás sea una opción - dijo Shen, un joven de cabello largo y negro - esos alienígenas... Los mataré a toda costa, lo juro.
-Estás hablando mucho Shen. Si mal no recuerdo uno de ellos te hizo la cicatriz que tienes en el ojo derecho y también a Lorak en su mejilla izquierda - dijo Menfis - No son fáciles de derrotar. Si no hubieramos tenido de nuestro lado a Io, tal vez hubieramos muerto.
-Todos sabemos que Io es la guerra tipo 1 - dijo Lorak levanándose y empezando a caminar. Desenvainó su espada y empezó a agitarla con destreza - por eso es la líder. Sin embargo, a veces piensa en solo ganar la batalla y no se da cuenta que en el combate hay más vidas en riegos.
-Lorak, estás siendo egoísta - dijo Menfis - si ella no hubiera detenido a la chica de ojo dorado, ya que casi te derrota con sus siete espectros, estuvieras en estos momentos bajo tierra.
-Creoq ue subestimamos a Io - dijo Shen - es realmente poderosa.
-Exacto - dijo Lorak - ¿De dónde saca tal poder? No he oído ninguna historia sobre ella. Cada uno de nosotros pasamos vidas terribles, una infancia desastroza, pero ella. Ella no tiene nada que contar.
-Sea cual sea su historia, es la mejor - dijo Menfis - y es mejor que estemos de su lado.
La puerta de la habitación se oyó abrirse.
Del umbral apareció una chica alta, de cabellera negra y larga, la piel blanquísima y ambos ojos azabaches. Su expresión era fría y silenciosa.
-Io - dijo Shen al ver a la chica.
-Ya tengo el informe de nuestra nueva misión - dijo Io poniendo una carpeta en el centro de la mesa.
-¿Dónde? - se limitó a decir Lorak.
-En la laguna oculta en las montañas de Yunasán - dijo Io - hay están ubicados los del Ojo Dorado.
-Esos dos rufianes - dijo Shen - los haremos papilla.
-No dos... Tres -aclaró Io - Uno de nuestros espías averiguó sobre la existencia de uno más, un hombre.
-¿Otro alienígena? - dijo Menfis con sarcasmo - ya nos hemos complicado mucho con la exitencia de dos.
-El informe dice que éste no está adiestrado, no sabe usar sus poderes y para mi lógica es un blanco fácil de derribar. El verdadero problema sería los otros dos - dijo Io.
-Io tiene razón, pero qué estrategia usaremos - dijo Menfis - esa chica fantasma le tengo un poquitín de miedito.
-¡Gallina! - dijo Lorak riendo - de esa me encargo yo. Tengo cuentas pendientes con esa fenómeno.
-¿Qué haremos con flashín? - dijo Shen - a ese no me molestaría darle su buena paliza.
-Tú y yo nos encargaremos del veloz, Shen - dijo Io - y Menfis, te encargo al novato.
-Bien - dijo Menfis.
-Partiremos mañana al alba - dijo Io retirándose de la habitación.
-Sigo diciendo que ese dicho está mal - recriminó Lorak - ¿quién fue el tonto que dijo "Al buen entendedor pocas palabras"? Yo a veces ni le entiendo a Io, parece esos cd's de instrcciones.
-Pues no es una chica de hablar mucho, pienso que ella es más de acción - dijo Shen - todo lo contrario a ti.
-Muy gracioso, eh, Shen - dijo Lorack golpeando la cabeza del pelinegro.
-¡Hey! Arruinas mi peinado - dijo Shen acomodandose su melena.
-Siempre pensé que nunca te peinabas - dijo Lorak - Iré a la cama, no quiero que Miss Number 1 me encuentre de malhumor.
-Quieras o no, siempre serás un ogro por las mañanas - dijo Shen riendo - y el resto de día - murmuró.
Lorak decidó ignorar lo último que había escuchado, se metió a su cuarto y cerró la puerta a golpe.
-Creo que la insultaste - dijo Menfis - Lorak parece el tipo de ruda.
-¡Qué va! - dijo Shen levantándose - vamos a ver como nos va en esta misión. Ojalá y nos vaya mejor que la vez pasada.
-Concuedo contigo - dijo Menfis.
Io estaba recostada en su cama, dormía silenciosamente, pero su mente estaba en una inquietud completa.
El momento se situaba en una cabaña en llamas. Gente corriendo de aquí para allá, huesos crugiendo en el suelo y el olor a carne carbonizada; era desesperante y espantoso.
Una niña estaba sentada al pie de un árbol, llorando. Nadie se percataba de ella y mucho menos intentaban salvarla, ya que todos, de alguna u otra forma, deseaban verla muerta, a aquel anómalo ser.
Los techos de las casa se colapsaban rápidamente y caían sobre las personas, quienes recogían sus pertenecias. Era horrible.
-Ayúdenme - murmuraba la niña entre jadeos.
Los gritos de las personas quemadas aumentaba cada vez más.
-Mamá, papá - murmuró la niña mirando los cadáveres de sus padres frente a ella.
La niña divisó con su ojo izquierdo de color azabache y su ojo derecho dorado, a una miltutud de personas extrañas con vestimentas negras y lineas rojas.
Pensó que eran rescatistas de una tribu cercana, pero no.
Al contrario, a los sobrevivientes le cortaban el cuello con un sable filoso y se aseguraban de que ninguna víctima saliera de allí con vida.
-Mira Jack - dijo uno de los hombres de negro a su compañero - ¿no es una ternura?
-Sí, Fred - dijo Jack mirando a la niña con malicia.
-¡Mamá!,¡Papá!¡Despierten! - gritó la niña agitando ambos cuerpos semi carbonizados.
Los dos hombres rieron a carcajadas.
-Papá, levántate, sálvame - se burló Jack - papito, ni mamita pueden hacer nada.
-Están muertos, lindura - dijo Fred cooperando con su compañero.
Se acercaron a la niña.
-¿por qué no te quitas la ropa? - dijo Jack sacudiendo el vestido manchado de sangre de la niña - Anda, haznos el favor.
La niña lloraba a gritos.
-¡Suéltame! - gritó la niña tratando de quitar las grandes manos de Jack.
Jack rió y empezó a desgarrar el vestido de la pequeña.
-¡No! - gritó ella empujándolo.
-Jack - intervino Fred al darse cuenta que no era un ser humano - es un ser del Ojo Dorado.
Jack lo miró hastiado.
-Entonces ella y yo formaremos una nueva especie de híbridos - dijo Jack desabrochándose el pantalón.
-¡No! - exclamó la niña tratando de librarse de aquel hombre.
Un caballo refinó atrás de aquellos hombres, un hombre que emitía autoridad con su presencia se bajó del auto y tomó al que le decían Jack por el cuello de la camisa.
-¡Qué demonios hacen! - gritó el hombre - cerdos.
La niña miró perdidamente al hombre quien se agachó para acomodarle su destrozado vestido. La tomó en sus brazos y subió a su caballo.
-Señores - dijo el hombre - nos vemos en la organización.
La visión de la niña empezó a hacerse borrosa, muchas luces estaban a su alrededor,al igual que muchas personas. Hablaban acerca de una droga. La tenían acostada en alguna cosa, pensó que era una camilla.
-Jeringuilla - dijo la doctora iyectando una sustancia extraña que le empezó a arder por todo el cuerpo, sentía el líquido correr en sus venas - Listo, litium insertado.
Un grito desgarrador oyó la niña. Parecía tratarse de su madre llamándola desenfrenadamente, pero no lograba verla.
-¡Io! - gritó la voz femenina repetidas veces - ¡Io!
El sonido del despertador hizo que aquel sueño se alejara, iban a ser las cinco y media.
-Maldición - gruñó Io por lo bajo antes de levantarse.
Se puso su uniforme. Aquel vestido negro con líneas rojas, que le causaba una triste nostalgia.
Salió a la hora acordada, puntual, como siempre.
Allí estaban, Menfis y Shen, listos para partir. En cuestión de segundos salió Lorak.
Todos se miraron y tomaron sus sables y los colocaron en sus espaldas.
-Esta vez - inició Io abriendo la puerta - los aniquilaremos. Hasta que mi cuerpo quede sin sangre.
-Sí - dijo Shen - acabaran en la tierra, bajo nuestros pies donde deben estar.
Lorak y Menfis asintieron.
Los cuatro guerreros emprendieron su viaje a la laguna oculta. Aquellos nombrados como los llamados de la luz nocturna no sobrevivirían esta vez. No lo harían.

lunes, 30 de enero de 2012

Capitulo 2

La laguna oculta

Arsen llegó a la aldea Guifel, allí dejó el caballo y entro a uno de los hoteles que había por allí.
El señor mayor que atendía la recepción lo miró de reojo. Sabía que era de esos seres que llamados los del "Ojo Dorado". Ya los había visto y, ciertamente, habitaban cerca de esa aldea.
-Buenas noches - saludó Arsen - quisiera una habitación, solo para esta noche.
El viejo regirstó algo en un papel y luego lu miró de arriba bajo.
-Al parecer andas perdido - comentó el anciano recostándose al pupitre.
-Ando en busca de los del Ojo Dorado - dijo Arsen.
-Los he visto - soltó el anciano poniéndose recto - cerca de aquí, tienen una pequeña cabaña cerca de la laguna oculta.
-¿Dónde es eso? - preguntó Arsen interesado.
-Camino abajo - dijo el señor - verás una vertiente tranquila y al pie una cabaña. Habitan dos de los llamados seres del Ojo Dorado.
-¿cuánto tiempo dura ese viaje? - preguntó Arsen acomodando su espada.
-A pie, una hora y media. A caballo, veinte minutos aproximadamente - contestó el viejo.
Arsen pensó en retirarse y seguir hasta esa extraña cabaña, pero decidió quedarse y partir al alba.
-Su habitación es la primera de la mano derecha, la cena será servida dentro de diez minutos - dijo el señor - ¡Mirta!
Arsen observó a la jovencita salir de una puerta trasera. Vestía un traje chocolate y su cabello rojizo estaba amarrado, desorganizadamente, en una cola.
-Dile a tu madre que vaya sirviendo la cena - ordenó el señor.
-Sí, papá - conestó la chica, observando con rareza a Arsen.
-Puede pasar - dijo el anciano entregándole una llave a Arsen - que goce su estadía, pronto le enviaremos un plato de comida.
Arsen asintió.
Entró a la habitación y se sentó en la silla puesta mirando a la ventana que daba a la calle principal. Miró detenidamente el medallón que la anciana le habia otorgado, parecía ser la luna llena.
Revisó en su brazo izquierdo y observo un lunar redondo y grisaseo que brillaba. Raramente alumbraba, solo brillaba en temporadas de luna llena.
-Hijos de Selene - murmuró Arsen para sí mismo.
De pronto, la pelirroja, hija dek dueño apareció con una bandeja de comida en sus manos.
-La cena - dijo ella sin quitar sus ojos verdes del muchacho.
-Gracias - dijo Arsen levantándose del asiento y cogiendo la bandeja.
La chica volteó para irrse, pero se detuvo frente al umbral de la puerta.
-¿Por qué os has venido? - pregunto Mirta - Nuestra aldea ya no necesita más de los de tu especie. - Seguido de eso cerró la puerta.
Era inevitable pensar que los seres humanos repugnavban a aquellos del Ojo Dorado, más sin embargo, preferían vivir rodeado de animales mortales a su alrededor; temiendo por sus vidas cada día, cada minuto y segundo que pasaba.
Arsen cerró los ojos.
"Ojo dorado... ese ojo es un simple estorbo" pensó Arsen molesto.
Al día siguiente, antes de que los primeros rayos de sol empezaran a salir, Arsen estaba listo para partir a aquella laguna misteriosa.
-Debes ir al sur, no más de dos millas de aquí - dijo el dueño del hotel dándole la dirección.
Arsen asintió.
-Discúlpeme señor - intervino Arsen - ¿Por qué le llaman la laguna oculta si saben su ubicación?
-Ningún ser humano ha vuelto de allí con vida - intervino Carla, la señora - solo aquellos seres llamados de la luz nocturna pueden sobrevivir esa travesía. O tal vez no.
-De todas formas - dijo Carl, el dueño - es mejor que tomes el sendero del árbol del crisol, llegarás más rápido.
-Muchas gracias - dijo Arsen.
El del ojo dorado caminó hacia donde su caballo estaba amarrado.
-Buen día Black - saludó Arsen al caballo.
El magnífico caballo negro agitó su larga melena azabache de un lado a otro, alegremente, al ver a su dueño.
-Ya, ya - tranquilizó Arsen dándole unas palmadas al animal - te desataré, nos iremos enseguida.
En un minuto ya estaba encima del caballo, como un ginete experto y en busca de una aventura.
-¡Jah! - exclamó Arsen pateando el costado del caballo.
El animal salió disparado en dirección al sur, donde se encontraría con aquella laguna oculta.
Los árboles eran grandes y forndosos, pero algunos estaban quemados y sin hojas. Arsen dedujo que debían ser los Indrios.
Los Indrios eran una especie de ave que lanzaba fuego por su pico, volaba a una velocidad impresionante y sus garras eran como el acero.
El verde pasto guiaba al árbol más grande de las primeras montañas de Yunasán, el árbol del crisol.
El caballo se detuvo bruscamente delante de un animal extraño. Un Diano.
Arsen miró de reojo al animal con dientes filos y con garras grandes y mortales.
Arsen se bajó de su caballo y desenvainó la espada para empezar su combate con aquel veroz animal.
-¿Qué esperas? - murmuró Arsen preparado para atacar.
El animal gruñó y se dispuso a correr hacia él.
Arsen de un solo tirón clavó su espada en el cuello del Diano, el animal se quejó por el dolor.
La sangre verde corría por la parte metálica de la espada de Arsen.
-¿Te apetese un Diano para desayunar, eh, Black? - preguntó Arsen a su caballo.
El animal se movió con intensión de atacar. Arsen enterró más su espada, con fuerza, dejando que el feroz Diano cayera inerte ante sus pies.
-Debemos estar alerta - dijo Arsen quitando su espada de la carne del Diano - esta zona parece una mina de Dianos.
Arsen tomó la correa del bosal y caminó halando al caballo. Faltaban menos de medio kilómentro para llegar al árbol del crisol, debía estar atento y en tierra podía actuar con mayor rapidez.
Un árbol gigantezco se puso frente a Arsen. Sus hojas eran amarillas y caían lentamente sobre el pasto. Era el árbol del crisol.
-Creo que debemos pasar por aquí - dijo Arsen.
Una luz brillante de color dorado emerguió entre las profundidades de los arbustos, pero se apagó al tocar la parte trasera del árbol.
Arsen dirigió su espada hacia el tronco.
-¡Lo que sea, salga de una buena vez! - gritó Arsen.
Una chica, increíblemente blanca de cabello gris apareció. Parecía una muñeca de porcelana, frágil y dulce, además tenía el ojo derecho dorado y el zquierdo verde oliva.
-¿Quién eres? - preguntó la chica del ojo dorado - ¿Eres uno de los nuestros?
-Mi nombre es Arsen Clotcher, vengo a buscar a los que le dicen llamados de la luz nocturna - dijo Arsen.
-Eres uno de nosotros - afirmó la chica - sígueme.
Arsen envainó su espada y siguió a la chica.
Entre el monte, los arbustos y los árboles llegaron a la orilla de una laguna y allí al pie, una cabaña de madera.
-Mi nombre es Jessie, luna creciente - dijo la chica - tú debes ser luna llena. Blake está pescando.
Arsen la siguió hasta que sus pies tocaron el agua cristalina de la laguna.
-Allí está - dijo Jessie señalando a un muchacho sentado en una roca con una caña de pescar en la mano. Él chico tenía el cabello gris y su piel, al igual que la chica, era realmente blanca - ¡Blake!
El chico miró a su emisor y sonrió. Bajó de la roca y corrió en dirección a ellos.
-Has encontrado a otro - dijo Blake - soy Blake, luna menguante.
-Arsen... - dijo.
-Luna llena - intervino Jessie.
-Estás huyendo? - preguntó Blake.
-¿Por qué lo haría? - cuestionó Arsen.
-No lo sabe - dijo Jessie - no sabe.
-¿Qué no sé? - preguntó Arsen.
-¿Por qué no entramos, tomamos una taza de té y te decimos? - sugirió Blake.
-Suena bien - sonrió Jessie - anoche corté hojas de planta de limón.
-Ven - dijo Blake.
Todos entraron a la cabaña, había cuatro camas, una cocina. Se sentaron en las bancas del comedor.
-Haré el té - dijo Jessie yendo a la cocina.
-Dime - dijo Arsen - ¿qué es lo que debo saber?
Blake hizo una pausa antes de comenzar.
-Hay una organización situada en el centro del bosque de Jionil. Poseen guerreros poderosos llamados "Ghost Killers" - contó Blake - su objetivo no es solo derribar a las feroces bestias de los cuatros sectores, sino acabar con nuestra especie.
-¿Están entrenados para acecinarnos? - cuestionó Arsen.
-Desde la tercera guerra mundial, esta organización llamada "Zonic" ha entrenado desde pequeños a un tipo de guerreros para acecinarnos, son personas poco comunes. Su genes naturales son de seres humanos, pero en el entrenamiento se le inyectan una sustancia llamada Litium de la sangre de Indrios Y Dianos, una especie de droga para hacerlos mortales.
-¿Por qué nos quieren acecinar? - preguntó Arsen.
-Porque la concepción de una nueva especie es el temor de los seres humanos, piensan que nosotros hemos venido a robar su planeta y a matarlos.- conestó Blake - Lo peor es que, Jessie y yo hemos localizado la presencia de luna nueva.
-¿Pensé que estaría aquí? - dijo Arsen.
-Luna nueva, conocida como Io, es la líder de los "Ghost Killers" - dijo Arsen - la cuestión es que su apariencia física no lo demuestra. Está camuflada.
-¿Entonces? - insistió Arsen - ¿qué pretendemos hacer?
-Ocultarnos - dijo Jessie poniendo las tazas de té en la mesa y sentándose - Son demasiado poderosos.
-Le he dicho a Jessie que si te encontrabamos podríamos ser un objetivos más fuerte - dijo Blake - los poderes de las cuatro fases lunares son poderosas, cada uno tiene un don.
Arsen se sobresaltó, acababa de escuchar algo que nunca se le hubiera ocurrido.
-Veo que aun desconoces de tus habilidades - dijo Jessie tomando un sorbo de su té - el ojo dorado brilla cuando tus poderes están activados, si no lo hace es porque estan desactivados.
-¿Quiere decir, qué poseemos habilidades extraordinarias? - preguntó Arsen.
-No solo extraodinarias, sino únicas en cada uno - dijo Blake - mi habilidad, por ejemplo, es la velocidad. Mis piernas pueden correr a la velocidad de la luz.
-Mi habilidad - dijo Jessie - es multiplicarme, hacer varias ilusiones de mí misma.
-¿Y la de... Io? - preguntó Arsen.
-Hemos combatido contra ella una sola vez... Desconocemos su habilidad, es demasiado fuerte que ni siquiera activa su poder - dijo Jessie.
-Si quieres unirtenos, está bien - dijo Blake - nos serviría tener a uno de los más poderosos.
-¿A qué te refieres? - dijo Arsen.
-Luna nueva y luna llena - inició Jessie - son las fases más poderosas. Luna creciente y luna menguante son mediadores.
-Mañana probaremos tu poder yque capaz eres de contrar tus límites - dijo Blake.
-¿Quieres formar parte de esto? - preguntó Jessie.
Arsen lo pensó. De todas formas estaba con los suyos.
-Sí - contestó Arsen - Pero hay algo que no entiendo.
-¿Qué? - dijo Blake.
-Si tanto nos quieres ver muertos, ¿por qué no matan a Io? Ella también es un ser de ojo dorado - dijo Arsen.
Jessie y Blake se miraro entre ellos. No sabían la respuesta de aquella pregunta y era un misterio, macabro y abrumador.

Capítulo 1

¿Quién soy?


Sostenía su espada cubierta de sangre, la sangre verde pastosa de un Diano. El del ojo dorado. Halaba de la correa a su caballo negro.
No era extraño hallarse frente a una bestia tan mortal como lo era un Diano, un ser carnívoro, habriento y poderoso. Luego de aquella explosión nuclear, los animales habían dejado de ser mansos. Ahora eran fieras con un instinto agresivo muy elevado.
El sol casi se ocultaba.
A pesar de que defendía su propia vida, le había hecho un favor a la población más cercana; una villa que yacía en el centro de dos montañas de la región de Yunasán, ya que el animal se dirigía hacia ese lugar.
Había caminado días para llegar a aquella tribu y había matado a cientos de aquellos Dianos y de otras especies, feroces y mortales.
La entrada de la villa era un portal de madera, a simple vista se podían divisar las pequeñas casitas de madera y las personas que regresaban del monte hacia sus casas.
Amarró a su caballo, Black en una cerca antes de continuar su camino.
-¡Dios mío! - dijo un hombre aterrado - es un.. tiene el ojo dorado.
Las personas al oír eso, voltearon a ver al extranjero recién llegado.
-Miguel, entra a la casa - ordenó una señora a su hijo.
Al final de la vereda de tierra se veía, en lo más alto de una colina, una casa corrída y en muy mal estado, sus luces estaban encendidas, pero parpadeaban y la madera rechinaba a causa del viento.
Supo entonces que allí debía encontrarse la anciana.
Caminó hasta encontrarse frente a frente a la puerta agujereada y mal puesta.
Él tocó la puerta suavemente.
Una anciana, de diminuta estatura, con un ojo cerrado y el cabello blanquísimo, abrió la puerta. Al ver al visitante, ésta sonrió.
-Pasa - dijo la anciana.
El del ojo dorado, se dentró a la casucha y de inmediato sacó su sable y lo apuntó en dirección a la vieja.
-Sin rodeos, mujer. Vengo por respuestas.
-Baja esa espada, hijo - dijo la anciana calmadamente - No hay necesidad de usar la violencia. Sí, yo sé lo que quieres comprender y también puedo lastimarte antes de que tu espada toque mi cuello.
De algún modo sintió pánico frente a la serenidad de la vieja, bajó la espada y la envainó.
-Sígueme - ordenó la anciana.
Ambos se dirigieron a una sala decorada con huesos de animales y pociones, había allí una mesa con dos sillas. Ellos se sentaron.
-Sé por qué viniste hasta aquí, Arsen Clotcher - dijo la anciana - Mi nombre es Akane Curay. Has venido a averiguar qué eres tú y por qué vives.
Arsen miró fijamente a la mujer, quien también no le quitaba la vista de encima con su único ojo.
-Eres aquellos que llaman seres llamados de la luz noctura o los del Ojo Dorado - dijo la anciana - Ciertamente son terminos del vulgo. Lo que en realidad eres se reduce a una sola cosa.
-Dígame - insistió Arsen - ¿Qué soy?
-Eres hijo de la diosa Selene, la gobernante de la luz noctura; la luna - dijo Akane.
-¿Un semi-dios? - cuestionó Arsen incrédulo.
-No - negó Akane de inmediato - no eres ni dios, ni humano. Y tampoco eres el único.
-¿Hay más seres iguales a mí? - preguntó Arsen.
-Sí, hay tres más - dijo la anciana - los cuatro hijos de Selene representan las cuatro fases de la luna: Luna nueva, Luna creciente, Luna menguante y Luna llena. Cada uno dispesos por todo el país.
-¿Por qué nacimos? - preguntó Arsen.
Akane sintió una satisfacción por dentro, sabía que tarde o temprano le preguntaría eso y ella no sabría que contestarle.
-Ni yo sé, nadie más sabe - dijo Akane - los únicos que pueden descubrir su porpósito son ustedes. Debes buscar a tus hermanos.
Arsen meneó la cabeza, había viajado muchas horas para que su pregunta más importante fuera una incognita que solo él y los de su clase pudieran descubirla por su cuenta.
-Debes irte - dijo la anciana levantándose - los aldeanos deben estar preparando una revuelta en tu contra. Abandona esta aldea y no vuelvas.
Arsen se levantó dispuesto a dejar esa casa.
-Espera - dijo Akane abriendo un cofre puesto en una mesa llena de otras cosas. De la caja sacó un collar redondo y plateado - Lo encontré hace más de treinta años, es tuyo.
-No lo aceptaré - dijo Arsen - Es usted una persona muy astuta, podría estar embrujado.
-Pero no lo está - afirmó Akane - tómalo.
Arsen sostubo el medallón y lo colocó en su cuello.
-Ahora, vete - ordenó Akane.
Arsen salió de la casa.
Ahora a dónde iría, era un misterio la ubicación de los demás.
Bajó con lentitud de la colina. Desde la cima se veía las antorchas y la muchedumbre reunida en el centro de la aldea, esperando a que Arsen bajara y se encontara con ellos cara a cara. Sin embargo, la intesión de Arsen no era lastimar a nadie y mucho menos matar a ningún humano.
-¡Allí viene! - exclamó uno de los aldenaos.
Arsen desenvainó su espada y con una maniobra agitó su espada con agilidad. Al estar parado frente a ellos los miró fijamente con su ojo derecho dorado y su ojo izquierdo marrón.
-No os quiero matar - dijo Arsen - no he venido a pelear, si es lo que queréis saber-Pueden irse a sus casas que yo dejo su aldea en paz.
Los aldeanos se miraron mutuamente sin saber si creerle o no.
Arsen guardó su espada y empezó a caminar pacíficamente entre la multitud hasta salir de la aldea.
No antes sin desatar uno de los caballos que estaban amarrados a una cerca. Lo montó y pateando el lado dorsal del caballo se puso a correr escapando entre los grandes árboles.
"Hijos de Selene, la diosa mítica de la luna" pensó Arsen.
-¡Jah! - exclamó Arsen agitando el bosal del caballo para aunmentar la velocidad - Empezaremos por la segunda aldea de Yunasán, que se encontraba a pocas millas de allí.